Vivienda, por tierra, mar y aire
Las medidas sobre vivienda son como un cesto de cerezas: una arranca a la otra, la impulsa, la apoya.

Vivienda, por tierra, mar y aire
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Madrid
Bravo por cualquier nueva medida positiva para resolver el problema de la vivienda. Porque este es el más duro, el más enquistado. Divide en dos a la población; quien tiene techo y quien no lo tiene; las clases medias y la gente que vive en precario; los mayores y los jóvenes.
El Gobierno ha aprobado hoy las ayudas por 30.000 euros a jóvenes que alquilen una vivienda protegida con opción de compra: o sea, que el alquiler desemboque en adquisición definitiva. Con la condición de que el piso permanezca siempre como protegido, en vez de lo que todavía sucede ahora, que las subvenciones comunitarias acaban beneficiando solo al negocio privado.
La medida no es trascendental en sí misma, afectará a muy pocas personas porque este modo de alquiler/compra está bastante en desuso. Pero lo importante es el signo. Y que irá acompañada de otras: el seguro para jóvenes arrendadores y para los propietarios en caso de impago; y la ayuda de 10.800 euros a la compra en municipios de la España despoblada, de menos de 10.000 habitantes. Además, el nuevo plan de vivienda, al que el Gobierno dedicará 7.000 millones de euros, se pretende que vaya acompañado de otros 7.000 por parte de las comunidades autónomas.
Las medidas sobre vivienda son como un cesto de cerezas: una arranca a la otra, la impulsa, la apoya. Y la principal es construir vivienda pública: sin más pisos en el mercado, sobre todo púbicos y de alquiler, las subvenciones solo acabarían en el saco de los promotores, al incentivar un mayor precio, lo contrario de lo que se pretende. Así que apretemos en vivienda: por tierra, mar y aire.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




