El origen poético de la palabra desamortización y cómo ha ido evolucionando
La relación entre su significado original y el actual es compleja

Madrid
En esta nueva edición de la sección Historia de las palabras de SER Historia, el palabrista José Luis Díaz Prieto ha traído una palabra que ha calificado, desde el punto de vista estético, fonético e incluso por lo que significa, como "horrible".
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Para Díaz, esta es una de las palabras más feas de todo el vocabulario español, junto a "amortización", aunque lo que sí ha destacado es que son términos con muchísima historia, especialmente para quienes recuerdan la Desamortización de Mendizábal: el conjunto de decretos que tuvieron como objetivo la expropiación y privatización de las propiedades monásticas en España entre 1835 y 1837.
Díaz ha explicado por qué las palabras "desamortización" y "amortización" se utilizan en contextos tan diferentes como una hipoteca o un asiento contable, y ha contado la historia de estos términos.
"El origen de la palabra data de la Edad Media", exponía Díaz. En esa época encontramos admortizare, que era el acto de apagar la vela cuando estas eran habituales en la iluminación. "Amortizar era dar muerte a la llama", explicaba. Aunque hoy en día ese ya no es el uso, seguimos vinculando el fuego a la vida y la muerte al acto de apagar esa vela, como ocurre cuando decimos que una vela tiene una "llama mortecina".
Además, en el ámbito económico, la palabra "amortizar" se aplicaba a tierras o fincas que poseían la Iglesia, algunos nobles o grandes terratenientes, que precisamente por estar en manos de estas personas "estaban como muertas".
Bienes que estaban en "manos muertas"
Díaz ha argumentado que se les daba ese carácter de "muertas" porque "no estaban en la vida comercial, ni disponibles para ser vendidas, troceadas, alquiladas... no eran bienes como tal", lo cual tenía consecuencias negativas al estar en "manos muertas".
"Todos los bienes de la Iglesia en el Medievo eran bienes amortizados, y también otros de grandes terratenientes, vinculados a una familia y que bajo ningún concepto se podían vender. Ese es el concepto inicial de la palabra 'amortizar'", remarcaba, mientras explicaba otros significados.
Díaz ha expuesto que también se utilizaba esta palabra cuando "un deudor pagaba una deuda y el propietario se quedaba sin el ingreso que le daba ese crédito que había ofrecido. En ese momento, y desde el punto de vista del propietario del bien, este quedaba amortizado y, por tanto, muerto".
El palabrista sostiene que, en cualquier acepción que imaginemos de esta palabra en la actualidad, siempre "está la idea de neutralizar la vida o la vigencia económica de algo".
Sin embargo, la palabra "desamortizar" sí vino directamente después de la Desamortización de Mendizábal, cuando se sacaron de la sujeción de la Iglesia sus bienes, para liberarlos de esas "manos muertas".





