Goyo Jiménez se sincera sobre uno de los momentos más críticos de su carrera: no quería ni mirarse en el espejo

Madrid

El humorista y actor español Goyo Jiménez lleva casi 40 años dedicándose al mundo del espectáculo, un tiempo en el que, además de participar en programas tan exitosos como La hora de José Mota y Zapeando de La Sexta, también ha vivido momentos realmente complicados, como el que ha explicado en A las bravas con Raúl Pérez, y que provocó que no quisiera siquiera mirarse al espejo.

Jiménez participó en la última edición de Tu cara me suena, el programa de Antena 3, y en una de las entregas tuvo que afeitarse toda la barba (después de 17 años), algo necesario para hacer una caracterización eficiente de los personajes que le tocó interpretar. Esto supuso un verdadero shock para él, y lo ha definido como uno de los momentos más duros, aunque también ha recordado otro igualmente traumático.

Un público muy difícil: señoras mayores y hambrientas

"Recuerdo otro momento incluso peor, que fue actuando para señoras mayores cuando era un crío y hacía de cuentacuentos", relataba Jiménez, quien explicaba que un buen día le plantearon hacer esta misma labor, pero para adultos, algo que fue realmente difícil para él.

"Me pusieron delante de 200 señoras mayores de pueblo que, después del espectáculo, tomaban chocolate y bizcochos y tenían mucha hambre", exponía el humorista, quien asegura que durante todo su show no le "hicieron ni caso", por lo que se puso nervioso y terminó "con la boca seca y en blanco".

Pese a ello, aquel momento no fue peor que afeitarse para Tu cara me suena, ya que quitarse la barba después de casi 20 años con ella le hizo ver de nuevo "su verdadero rostro", con todo lo que eso conlleva.

"Dije: 'No, no, no', me mareé y grité: '¡No quiero ser ese!'", relataba. Pérez empatizó con él y confesó que, cuando ha tenido que quitarse la barba para encarnar algún personaje en el que era necesario hacerlo, también le había pasado, ya que a ambos la barba "les viene bien y les tapa la papada".

Esta no es la primera vez que el humorista habla de aquel cambio de look forzado. Ya en El Hormiguero de Pablo Motos aseguró que le dio un ataque de ansiedad, aunque también destacó que luego se convirtió en una herramienta útil, ya que le permitió "pedir tres créditos seguidos" debido a que nadie sabía quién era.