Pablo Simón pone deberes a los jóvenes para evitar la farsa de la guerra generacional: "Hay que ganar la cena de Navidad"
El politólogo ha asegurado en 'Hora 25' que "un país sin oportunidades para sus jóvenes es un país sin oportunidades para nadie"
Madrid
En un momento en el que los jóvenes tienen un gran problema de acceso a la vivienda y los salarios no alcanzan para que puedan dar el paso hacia la emancipación —ni siquiera pagando el alquiler de una habitación—, gran parte de la tercera edad ve peligrar las pensiones. La sociedad se mueve en torno a amortiguar la pobreza de este sector de la población con subsidios cada vez más dignos, aunque no está claro cómo podemos frenar la pobreza en la que está sumida la juventud.
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En Hora 25, con Aimar Bretos, el politólogo español Pablo Simón ha puesto el foco en lo que están haciendo los partidos políticos en torno a esta cuestión, un problema en el que, según él, "se centran poco" porque el "voto joven tiene prestigio, pero no peso".
"Los jóvenes no participan tanto en las elecciones; son un mercado electoral menos suculento", algo que se contrapone totalmente con el peso de los más mayores, ya que "en España tenemos alrededor de 9,5 millones de pensionistas, lo que los convierte en un colectivo que reacciona de manera rápida en función de la pensión", y provoca una falta de inversión en jóvenes y niños, argumentaba Simón.
El politólogo señala que "por cada euro extra que vayamos a recaudar desde el Estado, tendríamos que destinar 0,9 a los jóvenes y solo 0,1 a los pensionistas, ya que si los jóvenes y los niños están mejor, las pensiones de la tercera edad también serán más sostenibles". Esta, asegura Simón, es una premisa complicada de vender a los más mayores.
Socialmente, dice Simón, se cree que si se bajan las pensiones es porque se está invirtiendo directamente en jóvenes y niños, algo que no "está nada claro" y que tampoco tiene una correlación. Lo que "tenemos que pensar es en el tipo de políticas que hacemos para que sean más eficaces".
Lo que sí es cierto, asegura Simón, es que "cada euro extra de inversión que hagamos en jóvenes y niños tiene un retorno social enormemente superior, también para los mayores. Por ello, la guerra de generaciones es un camino absurdo".
Los jóvenes han de explicar la situación a los más mayores
El politólogo cree que los jóvenes "tienen que ganar las cenas de Navidad", lo que se traduce en que, como joven, hay que ir a las reuniones familiares y explicar a padres, abuelos y tíos que "estos mitos de que los jóvenes no se esfuerzan" son una auténtica falacia.
"Un país sin oportunidades para sus jóvenes es un país sin oportunidades para nadie, y lo que necesitamos es que los abuelos, los tíos y los padres entiendan que invertir en juventud e infancia es ganar. Hay que salir del juego de 'te quito a ti para tener yo', salir de la suma cero e ir hacia la suma positiva. Y de eso hablamos y se discute mucho menos", sentenciaba Simón.
Coordenada 25 | Pablo Simón y la guerra de generaciones
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