Una experta asegura que "la creación de dos Estados es prácticamente imposible sin una transformación radical en Israel"
Luz Gómez, catedrática de Estudios Árabes, ha asegurado que la presencia de casi 800.000 colonos israelíes en Cisjordania dificulta enormemente la solución de los dos Estados
Una experta asegura que "la creación de dos Estados es prácticamente imposible sin una transformación radical en Israel"
Madrid
Este domingo, Portugal, Australia, Canadá y Reino Unido se han sumado al grupo de países que reconocen oficialmente al Estado de Palestina, elevando a 156 el número de naciones que respaldan su existencia soberana. Ahora, las dudas se centran en si esta decisión servirá para frenar la guerra. Por ello, la arabista Luz Gómez, catedrática de Estudios Árabes en la Universidad Autónoma de Madrid, ha analizado en Hora 25 Fin de Semana con Almudena Lopesino el alcance político y jurídico de este reconocimiento y ha explicado por qué es tan difícil alcanzar una solución de dos Estados.
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Gómez ha asegurado que esta solución "es prácticamente imposible en la práctica si no hay una transformación radical de las políticas israelíes y de la propia sociedad israelí". Con más de 800.000 colonos viviendo en Cisjordania, la creación de un Estado palestino en las fronteras de 1967 supondría un movimiento de población de gran escala, difícil de ejecutar.
Además, ha descrito la fragmentación del territorio palestino como un obstáculo insalvable: "Las calles, las carreteras, los barrios están taladrados; no hay continuidad entre las poblaciones palestinas. La vida es imposible", ha explicado. Para que la solución de dos Estados sea viable, ha concluido, "hace falta una intervención decidida de toda la comunidad internacional".
"Es muy importante simbólicamente, pero también desde un punto de vista material y práctico", ha afirmado Gómez, subrayando que este gesto implica el reconocimiento del derecho de autodeterminación del pueblo palestino y su aspiración legítima a constituir un Estado soberano. Para la experta, se trata de "reparar una injusticia histórica que comenzó en 1917, pero más concretamente en 1947, cuando las propias Naciones Unidas dividieron Palestina en dos estados".
Gómez ha recordado que desde 1988, numerosos países han ido reconociendo progresivamente al Estado palestino, pero ha insistido en que "este reconocimiento debe traducirse en medidas concretas que pongan fin al apartheid, al terrorismo de los colonos, a las anexiones y al genocidio", y que hagan viable un Estado palestino en los territorios reconocidos internacionalmente: Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
¿Qué cambia jurídicamente?
Desde el punto de vista legal, el reconocimiento tiene implicaciones en cada país que lo adopta. Gómez ha explicado que, aunque los tribunales internacionales ya podían atender demandas palestinas en función de las relaciones diplomáticas existentes, ahora se abre una nueva dimensión simbólica y práctica. "El embajador palestino en Reino Unido ha señalado que, por ejemplo, ya no se puede prohibir la bandera palestina en edificios oficiales, como ocurría antes", ha destacado.