Una mujer acude a urgencias con dolor de garganta y acaba teniendo un infarto de miocardio
Tras acudir a varios centros con los mismos síntomas, logró que le sometiesen a más pruebas que desvelaron su verdadero diagnóstico

Un dolor de garganta que acaba en infarto
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A vivir que son dos días estrena sección de ciencia, Historias de la pública. Casi cada semana, de la mano del nefrólogo Borja Quiroga, los oyentes podrán conocer el día a día de un hospital público, conociendo los tratamientos de cientos de miles de euros o tecnologías empleadas que hace unos años parecerían impensables gracias a lo recaudado a través de los impuestos.
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Quiroga compartirá casos tan impactantes como el que hemos conocido esta semana. Al final de una guardia de 24 horas, el profesional sanitario compartía el caso de una paciente de origen chino que habían recibido durante la madrugada. En la sala de urgencias a las 3:00 horas de la mañana, que en esta temporada del año está prácticamente vacía, Quiroga se encontró con una paciente esperando con "cara rara". "Se explicaba mal, pero me dio la sensación de que tenía dolor de garganta", explicaba.
El sistema de triage de urgencias establece la prioridad con la que el paciente ha de recibir asistencia mediante un código de colores. Por ejemplo, un paciente que acude con ictus, se le asigna el color rojo y se le ve inmediatamente, mientras que, en principio, alguien que llega con dolor de garganta, se le otorga el color azul. "Esa paciente no me terminaba de cuadrar, así que llamé a la residente para que le diera un poco de prioridad en la asistencia", cuenta Borja.
La buena medicina
Mavi, residente de nefrología de primer año, se encontraba en ese momento haciendo una guardia en urgencias, y fue la encargada de tratar a la mujer de origen chino: "Me la triaron como odinofagia, pero parecía un poco raro. No cuadrada lo que contaba, entre la barrera idiomática y lo que contaba, que era un poco extraño."
La mujer había acudido varias veces a otros centros con los mismos síntomas, pero estos persistían. Durante la exploración hubo algo que llamó la atención de Mavi y que sirvió para salvarle la vida a la paciente. "Que hubiese ido dos veces a urgencias y no habían visto nada, que el examen físico no tenía nada en la garganta ni otra cosa que lo justificara. Decidí explorarla completa y me di cuenta de que claramente pasaba algo más que nos estábamos saltando", explicaba Mavi.
La paciente tenía los pies hinchados y le detectaron líquidos en los pulmones tras pedir que se le realizasen un par de pruebas más, lo que permitió descubrir que lo que realmente sucedía era que estaba teniendo un infarto. "No es lo habitual, ahora que no todo el mundo se piense que cuando uno tiene un dolor de garganta va a tener un infarto. No tenemos que pensar que porque no venga con un dolor de garganta solo hay que mirar la garganta, el buen médico siempre explora entero al paciente porque no cuesta nada, explorar es gratis. En la medicina actual, que tenemos tantas pruebas, se está perdiendo la exploración física, el auscultar, el palparle, el revisarlo entero, y esta es la buena medicina", insistía Quiroga.
Julián Pérez Villacastín, Catedrático de Cardiología de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de servicio del Hospital Clínico de Madrid, ha reiterado que un tercio de los infartos no presentan los síntomas típicos de los infartos, como la opresión en el pecho. "Más que el dolor de garganta, suele ser un dolor mandibular", aclaraba, a la que vez que insistía en que, sobre todo en caso de fumadores, si las personas sienten un dolor en el pecho, en los brazos, en la boca del estómago o en la mandíbula, han de llamar al 112. El tiempo en un caso de infarto, reiteraba, es fundamental.




