Cómo el cine salvó a Imanol Uribe de la peor época de su vida: "Estaba solo en el mundo"
El director de cine recuerda en 'El Faro' sus años en un internado en Tudela

Cómo el cine salvó a Imanol Uribe de la peor época de su vida: "Estaba solo en el mundo"
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Imanol Uribe se ha consagrado como uno de los grandes directores de nuestro país. Centrado en narraciones sobre terrorismo, justicia social, procesos de paz y memoria, particularmente, en el País Vasco, se refleja en su una carrera de más de 50 años donde destacan títulos como El proceso de Burgos (1979), La fuga de Segovia (1981), La muerte de Mikel (1984) y Días contados (1994). Sus trabajos han recibido gran reconocimiento, llegándose a llevar ocho premios Goya por Días contados y otros siete por El rey pasmado.
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Su pasión por el cine surgió a una temprana edad, cuando llego a España desde El Salvador, donde nació y vivió hasta los siete años. Sus padres, oriundos de Guernica, en Vizcaya, se trasladaron al país centroamericano para trabajar, y allí nacieron Imanol y su hermana. En un viaje de varios días, pasando por el México, Nueva York y Ámsterdam, Uribe, con tan solo siete años, y su hermana pequeña, llegaron solos a España, donde su abuela les esperaba en el aeropuerto para recibirles.
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Llegaron a una España en blanco y negro, en plena época del franquismo, ella iba para ser interna en un colegio de monjas e Imanol para acabar interno en Tudela con los jesuitas. Su paso por el internado fue precisamente lo que logró que Imanol Uribe encontrase en el cine una vía de escape y evasión. El director de cine recuerda que el primer año en la escuela fue "terrible".
"Un salvadoreño, con acento, interno en Tudela en los jesuitas. Eso no era bullying, era lo siguiente", cuenta. Recuerda pasarse las noches del primer trimestre llorando en la cama, sin tener nadie a quien contárselo, puesto que sus abuelos estaban en Guernica y en Bilbao, y en aquella época, no había llamadas. "Fue muy duro, durísimo. Una vez que pasó eso le di la vuelta a la tortilla. Creo que no he pasado una época peor después en mi vida, ni la pasaré como aquella. Esa soledad, de estar solo en el mundo allí, y que te hagan bullying todo el rato", decía.
Uribe recuerda que el internado en Tudela era un lugar al que mandan a los estudiantes que habían sido expulsados de otros colegios, por lo que el ambiente en el colegio era hostil. Pero cuando iba a Bilbao en Semana Santa u otras vacaciones, como no tenía amigos, se metía en la primera sesión en el cine y salía por la noche. "Me veía tres películas al día. Eso me llevó a decir con 14 años que quería ser director de cine. La gente pensaba que era un marciano", aseguraba.
Eso sí, Uribe tiene claro que el cine le salvó en toda esa soledad: "Fue mi refugio y donde pasé largas horas de alivio."




