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Dos clásicos de la jardinería que van a llenar el jardín de flores durante muchos meses

Eduardo Barba cuenta en 'Hoy por Hoy' todos los detalles sobre dos arbustos muy especiales

Este martes voy a hablaros de dos arbustos muy especiales que van a regalarnos sus flores durante muchos meses, porque se trata de dos especies floríferas a más no poder y ambas son también un clásico de la jardinería desde hace mucho tiempo. Uno es un hibisco o rosa de Siria (Hibiscus syriacus), y esta otra es una budleia o arbusto de las mariposas (Buddleja davidii).

Tanto el hibisco o rosa de Siria como la budleia provienen de Asia, de la zona sureste de China, principalmente. Desde aquella región se extendió su fama, para alcanzar a cultivarse en los jardines de todo el mundo, gracias a un periodo de floración muy largo en el tiempo, desde finales de primavera hasta mediados de otoño incluso, así como por la belleza que tienen sus flores.

Ambos arbustos tienen además una fortaleza envidiable, son muy resistentes a una climatología de extremos: resisten el calor más asfixiante, así como el frío más helador, resisten también la sequía — aunque se pondrán muchísimo más bonitas si tienen agua suficiente, claro está. Asimismo, no les importan los suelos pobres aunque, de nuevo, lucirán más bellas si tienen suelos fértiles-, y a todo ello se les une un cultivo de lo más sencillo, porque no necesitan de muchos cuidados para que estén hermosas.

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El arbusto de las mariposas y la rosa de Siria

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Budleia o Arbusto de las Mariposas

Es una planta que atrae a las mariposas como si tuviera un imán. Cuando tienes una budleia, sabes que las mariposas vienen sí o sí. Cualquiera que haya estado cerca de uno de estos arbustos podrá recordar momentos en los que las flores de la planta se llenan de mariposas de distintas especies, y la budleia se convierte en una especie de supermercado en hora punta, lleno de revoloteos alrededor suyo. De esta forma, la planta se convierte en una fuente de alimento para los lepidópteros, que es el nombre de esta gran familia de insectos, el de las mariposas.

Habría que decir que sus flores se agrupan en unas inflorescencias como racimos, más bien erectos, y son pequeñitas. Pueden ser blancas, rosadas o púrpuras, con una intensidad mayor o menor, dependiendo de la planta y de su genética. Cada pequeña flor tiene forma de embudo, y la entrada a ese embudo suele estar teñido de color anaranjado intenso, que es una señal para los insectos de que dentro hay mucho néctar para ellos. Cada uno de estos racimos tiene docenas y docenas de florecitas, por lo que está floreciendo sin parar durante semanas. Además, la planta no para de formar nuevos racimos de flores, desde finales de primavera hasta que llegan los fríos.

Pero no todo es bueno y positivo con las budleias, porque son una de las plantas consideradas como más invasoras en Europa. Quienes hayan prestado atención a los viajes en tren por regiones de España y de otros países que tengas un clima húmedo, es decir, con lluvias repartidas a lo largo de todo el año, habrán observado que en las vías del tren y en las zonas industriales adyacentes suelen crecer estos arbustos de las mariposas, fácilmente reconocibles por sus flores normalmente púrpuras, que es el color más habitual. Esto ha hecho que otras plantas autóctonas se hayan visto desplazadas por estos arbustos de las mariposas, capaces de crecer en sitios alterados como estas vías del tren. También son especialistas en crecer en grietas de casas y de muros, y en ocasiones se puede contemplar una budleia que crece a decenas de metros de altura, encaramada en la fachada de una casa.

Con esta budleia que traigo aquí no nos va a pasar esto. Los viveristas, conscientes en este caso de la problemática y de la prohibición de comercializar esta planta, han conseguido híbridos como este —que se Ilama Buddleja 'Purple Chip'— que no produce semillas fértiles, por lo que no hay riesgo de que se autosemille a diestro y siniestro. Así que con nuestro arbusto de las mariposas no hay problema de que la Gran Vía se llene de plantas.

Se puede cultivar en maceta, porque es una variedad pequeña, así que habría que pedir en los viveros este tipo de arbustos de las mariposas enanos, que no suben más allá de un metro veinte de altura.

Es de hoja caduca, por lo que hay que tener en cuenta que estará varios meses solo con sus ramas desnudas. Lo que es importante con el arbusto de las mariposas, es que tiene que recibir una poda fuerte todos los años, en el invierno. Esta poda es del estilo de los rosales, para dejar el arbusto bajito, a tan solo unos 20 centímetros de alto. Así formará tallos nuevos muy vigorosos, que son los que cargan de flores en sus extremos.

Hibisco o Rosa de Siria

Este hibisco o rosa de Siria recibe este nombre popular porque, cuando se clasificó botánicamente los ejemplares que se utilizaron para ello provenían de los jardines de Oriente Medio, y es que en toda aquella región de Siria, Líbano y Palestina era una planta habitual de cultivar. Así que se quedó con ese apelativo, tanto en el nombre popular como en el nombre científico, que es Hibiscus syriacus.

Ojo, este hibisco no tiene que ver con otro hibisco muy cultivado también, pero en regiones más cálidas y sin inviernos fríos, que es el hibisco de flores grandes, cuyo nombre científico es otro: Hibiscus x rosa-sinensis. Se trata de un híbrido que se originó en el sur del Pacífico, y que desde allí se ha extendido por todas las regiones tropicales del mundo, y también en los jardines.

Este hibisco tiene grandes flores también, aunque no tan grandes como el que acabo de mencionar, y la peculiaridad de esta planta es que es muy columnar, muy estrecha, con tan solo un metro de anchura. Esto la hace ideal para balcones y terrazas, donde el espacio no sobra. Incluso, con un poda que la forme bien, podemos dejarla en una anchura de medio metro solamente.

Es el hibisco 'Red Pillar' ("columna roja”), y recibe ese nombre por su porte columnar. A nosotros nos va a venir genial en la terraza, porque hay zonas más estrechas en las que no podemos plantar arbustos que abran mucho sus ramas.

Seguro que muchos oyentes habrán visto hibiscos este verano en muchos jardines, tanto del norte de España —como Asturias, Cantabria, Euskadi... -, como de Castilla, ya que es una planta muy bella y espectacular, con sus flores blancas, rosadas o púrpuras y con el centro de colores rojizos, muy llamativas.

Como el arbusto de las mariposas, es de hoja caduca y permanecerá algunos meses con las ramas desnudas. Con el hibisco, si quisiéramos podarlo para formarlo más estrecho, el momento también es a finales de invierno, donde se pueden recortar las ramas que hayan abierto más, para dejar una columna que ocupe menos espacio. Podemos recortarlo un tercio de altura, aunque muchos jardineros casi ni lo tocan, más allá de cortar ramas que sobran o aquellas que se hayan podido romper. Llegará a su altura máxima, que depende de las condiciones de cultivo -como máximo, de unos tres metros, y allí se quedará. En macetones se quedan más pequeños, lógicamente.

Eduardo Barba

Eduardo Barba

Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería....

 

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