La OPA interminable

Madrid

No se conocía en España una batalla tan enconada como la que libran el BBVA y el Banco Sabadell, por la que la primera entidad pretende absorber a la segunda.

Repásese la publicidad que ambas se cruzan estos días en prensa, radio, televisión y redes sociales. O las declaraciones que sus principales directivos multiplican, eso sí, sin interpelarse directamente. Si se produce finalmente la operación será muy difícil que ambos equipos trabajen juntos. Quedarán las muescas de hostilidad.

Hay una sensación de David frente a Goliat en el conflicto, dado que el banco que ataca es seis veces más grande que el que resiste, lo que genera una corriente de sensibilidad política y social en el caso, y también una vinculación en el territorio difícil de soslayar. Aunque ya no se pueda afirmar que uno es un banco vasco ni el otro catalán ya que sus principales propietarios son grandes fondos sin fronteras.

Finalmente volvemos al principio. La clave es si en esta OPA hostil habrá perjuicios a la competencia. Hace medio siglo existían en España más de 50 bancos y casi medio centenar de cajas de ahorro. Luego llegaron “los siete grandes” y ahora hay tres grandes bancos y dos medianos, y han desaparecido prácticamente todas las cajas.

Venimos de un mercado muy fragmentado y paradójicamente llegamos a otro oligopolizado. En el pasado, la concentración fue sinónimo de racionalización. Ahora eso es mucho más discutible.