Bruselas detecta fraude o riesgo para la seguridad en dos tercios de la canela que se comercializa en la UE
Más de un 66% de las muestras analizadas infringen las normas internacionales de calidad o la legislación de seguridad alimentaria de la UE, presentan indicios de fraude o superan los límites recomendados de cumarina

Un bote de canela. / Michelle Lee Arnold

Madrid
Tras analizar más de un centenar de muestras de canela comercializadas en una decena de países de la Unión Europea, Reino Unido, Serbia y Sri Lanka, el Joint Research Centre, que busca contribuir con este estudio a combatir el fraude en el sector de las hierbas y las especias, ha determinado que más del 66% de las muestras analizadas infringen la normativa internacional de calidad o la legislación de seguridad alimentaria de la Unión Europea y presentan indicios de fraude o superan los límites legales de cumarina, una sustancial natural, pero que resulta potencialmente tóxica para el hígado.
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Entre las irregularidades detectadas por este estudio se encuentran la elevada cantidad de plomo, detectado en un 9,6% de las muestras –la legislación europea de seguridad alimentaria establece un límite máximo de 2 mg/kg de plomo– y de cumarina, por encima del nivel recomendado en un 29,8% de las muestras -en este caso, el límite legal se sitúa en 5 mg/kg para postres y en 50 mg/kg en productos de panadería, aunque no existe una disposición específica para la cumarina presente naturalmente en la canela-.
Además, el JRC detectó otros tipos de fraude, como la sustitución de la corteza por otras partes de la canela, como raíces, hojas y flores, y hasta un 9% de las marcas de canela comercializadas como canela de Ceilán fueron sustituidas total o parcialmente por canela de Cassia.
Sustitución por canela de Cassia
El JRC realizó un estudio integral aplicando varios métodos de análisis para detectar diferentes tipos de fraude en el sector. Hasta el 9% de las muestras etiquetadas como canela de Ceilán fueron sustituidas total o parcialmente por canela de Cassia, "una alternativa más barata y de menor calidad, con sabor más fuerte y que contiene cumarina de forma natural", explica la propia organización.
"Este es un problema ya conocido y que pone de relieve que, desde 2022, poco ha cambiado en cuanto a la situación de las especias. Ya en 2022 la Comisión Europea hizo un estudio similar para otro tipo de especias, como son la pimienta, el comino o la cúrcuma, el azafrán o el pimentón que ponían en evidencia un importante nivel de fraude en este tipo de producto", explica Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
"Dado que el volumen de fraude detectado es elevado, desde OCU, pedimos a las autoridades competentes que refuercen los controles en este sector pues", apunta García, en línea con las recomendaciones que, tras este estudio, hace la propia Comisión Europea que, según un comunicado, confía en que "los resultados de esta investigación puedan ayudar a la comunidad científica y a los responsables políticos a establecer valores límite para los diferentes componentes de la canela y a definir cuándo una muestra debe considerarse sospechosa. Esto permitirá una vigilancia más rigurosa y ayudará a las autoridades competentes a tomar medidas".




