El águila más grande de Europa vuelve a España más de un siglo después de su extinción con el nacimiento del primer pollo

Alcanzando los 2,5 metros de envergadura —de punta a punta de un ala a la otra—, el pigargo es el águila más grande de Europa. Desde finales del siglo XIX, se consideraba uno de los animales extintos en la Península Ibérica, habitando los países escandinavos, Alemania, Rusia y algunos puntos de los Balcanes, al igual que en Asia. Hasta hace apenas unos 60 años, también lo hacía en norte de África, de donde se extinguió como en el resto de países mediterráneos.

Más de un siglo después, ha nacido el primer pollo de esta especia en Castilla y León gracias a un proyecto de GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat). En 2021, este grupo puso en marcha el proyecto pigargo para reintroducir esta especie de ave rapaz en España y, cuatro años después, por fin han podido dar la bienvenida al primer pollo. Para hablar de la hazaña, ha pasado por los micrófonos de El Faro, Lorena Juste, bióloga de GREFA.

La extinción del pigargo, como la de otras especies animales, no se debe a causas naturales. "Es debido a factores antrópicos, es decir, a la actividad humana. Fue la que llevó a muchísimas especies a una extinción local o total en determinados países, fundamentada principalmente en la ocupación y posterior destrucción de los hábitats", decía Juste. A esto, se suma la persecución directa de estas especies que, hasta mediados del siglo pasado, se consideraban alimañas.

Pero el caso del pigargo tiene una peculiaridad y es que, es una especie absolutamente vinculada a los medios acuáticos. "Esto hace que sea muy sensible a la calidad de del agua. Tóxicos, como el DDT en su día o el plomo, han sido muy dañinas para sus poblaciones", explicaba la bióloga.

El proceso de reintroducción

Aunque el pigargo llevaba años extinto en nuestro país, no fue hasta 2018 cuando se publica una resolución de la Secretaría General del Estado de Medio Ambiente en la que se publica el listado de especies extintas en la que, se incluye también a esta ave. Esto otorgó, de alguna manera, la posibilidad de acometer este objetivo que se llevaba labrando décadas.

Todo proyecto de reintroducción conlleva una serie de directrices que vienen marcadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Antes de iniciar con el proyecto, se lleva a cabo un estudio de viabilidad para corroborar que el hábitat seguía siendo adecuado. "Tienes en cuenta muchísimos factores, desde el hábitat que ocupa, el hábitat de nidificación, hábitat de alimentación, la disponibilidad de alimento o el que haya un hábitat suficientemente sano para que pueda albergar una población viable a largo plazo de la especie", detallaba Juste.

El pigargo se empezó a reintroducir en Europa, concretamente en Escocia, en los años, por lo que el equipo de GREFA ya contaba con una amplia información sobre el proceso. En colaboración con el gobierno de Noruega, trabajan con parejas juveniles que hayan incubado para traer uno o dos de sus pollos cuando tengan entre siete u ocho semanas.

Los individuos reintroducidos en la localidad de Pimiango, en Asturias, todavía no están completamente desarrollados, pero ya pueden alimentarse por sí mismos y termorregulan. En la jaula de aclimatación terminan su desarrollo durante dos meses, ahí empiezan a muscular y, posteriormente, se liberan con plena capacidad de vuelo.

En este caso, los padres del primer pollo nacido en España en el siglo XXI, llamados Pimiango y Mansolea, generaron su vínculo en la etapa en la jaula de aclimatación y, posteriormente, estrecharon vínculos desde el primer día de su liberación. "Se mantuvieron juntos y formaron la primera pareja del proyecto", contaba Juste. Como resultado, nació su primer pollo, aún sin nombre, en mayo, convirtiéndose en la primera rapaz en nacer en España tras su extinción.