Los actores de 'La voz de Hind', la película sobre la niña palestina asesinada: "Lo que está ocurriendo es una limpieza étnica"
Motaz Malhees y Saja Kilani, los actores palestinos que protagonizan la película de Kaouther Ben Hania, presentan el filme en la sección Perlas del Festival de San Sebastián

Motaz Malhees y Saja Kilani, los actores de 'La voz de Hind' en el Festival de San Sebastián

San Sebastián
La Voz de Hind fue la película del Festival de Venecia. Tuvo todo el protagonismo por lo que contaba, el asesinato de una niña en Gaza que murió esperando una ambulancia, y por cómo lo contaba, con un retrato descarnado y real, mezclando elementos reales, como la llamada de socorro, con la ficción. Tras ganar el segundo premio, conseguir productores americanos de la talla de Brad Pitt o Joachim Phoenix, el filme se presenta este miércoles en el Festival de San Sebastián, en la sección Perlas, cuyo premio vota el público entre una selección de películas que han pasado por otros certámenes internacionales. "Es una gran responsabilidad representar esta película", decía Motaz Malhees, actor protagonista, que han venido a presentar la película en un festival que ha condenado el Genocidio en Gaza.
"Mi primera reacción fue respirar hondo, porque veía cómo mi deber como artista se estaba haciendo realidad", añade el intérprete que ha venido a Donosti con Saja Kilani, su compañera de reparto. Ambos actores interpretan a personas reales, dos trabajadores de la Media Luna Roja, que trabajaban en la sede de esta organización en Cisjordania, justo cuando les llegó la llamada de auxilio del tío de la niña. Ese es el primer contacto que tienen con el caso. Después, son ellos los que localizan a Hind Rajab, de cinco años, atrapada en un coche en Gaza mientras el ejército israelí bombardea y mata a sus tíos y primos que viajaban con ella. "Conocíamos la historia, pero no los tecnicismos que había detrás, y el guion hacía un esfuerzo por explicarlo todo", insiste la actriz que siempre tuvo claro su participación en ella. No dudó. Sí lo hizo Malhees, no porque no le gustara, sino porque no se veía capaz. "Es más que una película fuerte, es más, va más lejos, y dudé por la responsabilidad que implicaba el proyecto. Pero a la vez, pensé que lo tenía que hacer con todo mi corazón y toda mi energía y ahora sé que ha sido el mayor honor de mi carrera".
La directora Kauther Ben Hania mezcla realidad y ficción, como es habitual en su cine. De modo que vemos el trabajo de estos actores recreando lo que fue ese trabajo a contrarreloj para conseguir que una ambulancia llegara y salvara a la niña. Para ello, necesitaban la autorización del ministerio de Sanidad y el beneplácito de Israel. Además, de conseguir llegar a una zona que ya ni Google Maps reconoce. Esa es la recreación, luego está lo real, esa llamada telefónica que la madre de Hind Rajab quiso que se escuchara en la gran pantalla y que los actores solo oyeron en el rodaje. "Habíamos leído el texto de la llamada transcrito en los ensayos, con lo que sabíamos todo lo que ella había dicho y lo que pasaba. Eso hizo que pensáramos que estábamos preparados para escuchar su voz, escuchar esa llamada. Pero cuando pasó, fue tremendo. Era como estar en la propia llamada y no podías dejar de pensar, por mucho que estuviéramos en el rodaje, que habían matado a esa niña. Es una sensación que todavía me cuesta comprender y explicar. Tuve hasta que parar de rodar por un momento".
Los dos intérpretes y el resto del equipo se apoyaban en los momentos de mayor intensidad emocional. "Él me dijo algo que fue crucial para continuar el rodaje, me dijo, recuérdate por qué lo hacemos. Ha sido asesinada pero intentamos mantenerla viva en nuestra imaginación", explica la actriz
La película se convierte así en casi un thriller de despachos, con llamadas telefónicas, con primeros planos, con movimientos de cámara y zooms que ahondan en la idea de lidiar con una situación a contrarreloj y con la tensión que viven, cada día, cada minuto, desde octubre de 2023, muchos palestinos. "Esta una historia de todos. No es sobre la causa palestina. Es un tema humanitario y es importante que entendamos que no es necesario ser palestino para identificarse", nos dice la actriz sobre el filme.
Los dos actores son palestinos, igual que el resto del reparto y todos los extras que participaron en el rodaje en Túnez, país natal de la directora. "Escuchar su voz me hizo recordar mi infancia. Crecí en Yenín, en Cisjordania, fue una época difícil cuando era niño, todavía lo es, pero cuando eres pequeño todo da mucho más miedo que de adulto. Cuando escuché la voz de Hind Rajab, volvía cuando tenía diez años y recuerdo un hecho, la invasión del ejército israelí, que bombardeó y mató a cientos de personas". Fue ahí cuando su familia decidió partir al exilio. "Estábamos sentados en la habitación, abrazados mientras se escuchaban misiles alrededor y era inevitable pensar que seríamos los siguientes. Tuve suerte, sobrevivimos y ahora estoy aquí, pero podría haber muerto y quizá nadie se acordaría de mi nombre".
Ahora vive en Londres donde trabaja como actor. No hables con extraños, Crossing o A 200 metros son sus últimos trabajos. Saha Kilani, no nació en Palestina, no pudo conocer la tierra de su familia. El exilio forzado se lo impidió. "He vivido con las historias de mis abuelos sobre Palestina, pero no he podido entrar nunca. Por eso, en el rodaje les dije, bueno, igual no debería decir que soy palestina, porque nunca viví allí. Y mis compañeros me insistieron en que para ellos era un orgullo que yo me definiera como palestina, puesto que el exilio es algo que, desgraciadamente, acompaña a identidad palestina". Es algo que señala su compañero: "La mayoría de los palestinos no viven en Palestina. Están desplazados desde 1948 hasta hoy, ha sido y es una limpieza étnica. Muchos nos hemos ido obligados, forzados".
El rodaje fue en Túnez, un país al que agradecen profundamente haber levantado esta película. De hecho, dos de los tres productores principales son tunecinos, Nadim Cheikhrouha y Odessa Rae. "El respeto que recibimos cuando filmábamos allí fue extraordinario. Que una directora tunecina respalde esta película, la escriba, la dirija y utilice su plataforma para ayudar a nuestra gente es algo de lo que me enorgullece mucho formar parte. Y le agradezco que haya dejado su anterior filme para hacer este, porque era más urgente. Eso demuestra cómo son los tunecinos, hermosos y abnegados. También lo son los españoles. Me siento muy honrada de estar en San Sebastián".
Junto a ellos está el británico James Wilson, que ganó el Oscar por producir La zona de interés, la película de Jonathan Glazer. "A ellos les debemos todo, el resto son productores ejecutivos, es decir, que cuando vieron la película quisieron apoyarla después", dice en referencia a nombres como Brad Pitt, Alfonso Cuarón, Jonathan Glazer y Joaquin Phoenix y Rooney Mara, que entraron a formar parte de La voz de Hind.

Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...




