Diario de la San Diego Comic-Con de Málaga | Día 1: es Gandalf quien me abre la puerta

En el capítulo de este miércoles os conté cómo llegamos a Málaga envueltos en frikismo. Pero hoy ha llegado el día. Ya tengo la pulsera amarilla. Estoy pasando el arco principal del recinto ferial que nos da la bienvenida. Tengo el privilegio de entrar por un lateral donde leo "Bienvenidos Cosplayers". Si has llegado hasta aquí y no conoces este término, te lo explico en una línea: El cosplay es disfrazarse, sí, pero también es interpretar a un personaje de ficción de un cómic, manga, anime, una serie, una peli o un videojuego.

La palabra viene de costume (disfraz, vestuario) y play (jugar, interpretar).

Por eso lo primero que hago es saludar a un tipo enorme y dos muy bajitos que tengo junto a mi en la cola de entrada: El que mide dos metros mínimo, lleva barba gris, túnica y un gorro inconfundible. Es un Gandalf. Va junto a dos de los enanos de "El Hobbit" que me saludan y me invitan a seguirles en la aventura. El que va de Gandalf, interpretando muy bien, con los ademanes de un ser que en la ficción tiene miles de años, me mira y me dice: "Di amigo y entra".

¿Qué más puedo pedir a esta Comic Con si nada más empezar ya tengo este recuerdo?

Sin embargo, alguien me llama. "Eh tú, el de la SER, ¿quieres una foto con nosotros también?". Giro la cabeza y veo que son una Wanda -uno de mis personajes favoritos del universo Marvel- y un Visión.

Llevan unos trajes espectaculares. Ella rojo fuerte, como cuando ya es la poderosa bruja en la que acaba convirtiéndose, y él, el de Visión en las pelis del MCU, con toda la cara pintada.

Son, como en la ficción, pareja. Nos echamos una foto y veo que se cogen de la mano, cuestión que le da más valor a su cosplay.

Antes de despedirnos, con uno de sus guantes, Visión hace un truco espectacular. Sin que me de cuenta, como de una zona secreta del traje, hace aparecer una moneda gris y me la pone en la mano. Ya os digo que solo por eso la conservaré para siempre. Y entonces este breve diálogo:

-Ponla encima de tu móvil.

-¿Cómo?

-Si, sí. Ponla encima del móvil. Fíate, que soy Visión.

¿Cómo negarme?

Wanda me mira, asiente con la cabeza (Está guapísima, por cierto, casi más que la Olsen) y yo me fío de esta pareja de cosplayers que interpreta tan bien su papel.

La moneda activa una especie de código NFC en mi móvil que me lleva a su Instagram (@alber.cosplay) donde puedo ver cómo disfrutan, con enorme pasión y talento, de este hobby que hoy, aquí, todos están dispuestos a enseñar.

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Veo a dos Marios, a decenas de Stormtroopers, a un ObiWan (que se para a posar en silencio y hace el gesto jedi) y a un chaval disfrazado de un personaje de Call of Duty que me cuenta que su traje completo con todos los accesorios cuesta más de 800 euros.

Sin embargo, me detengo un poco más de rato con una familia que viene con el pack completo de superhéroes.

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El padre es el que los ha embarcado a todos. Es un niño grande. Va disfrazado del Capitán América. El niño mayor va de Thor, el mediano de Doctor Strange y el pequeño... ¡de tortuga ninja con un gorro vaquero!

"No ha habido manera de convencerle de que no va conjuntado con el resto de familia", explican. Pero da igual. Aquí lo importante es pasarlo bien, conocer gente que tiene inquietudes parecidas a las suyas y aprender. Quizás un día haya una tortuga ninja vaquera. No me parece una serie que yo no vería.

Por cierto, me cuenta un chaval, disfrazado de alguno de los mangas de nombre de difícil pronunciación, que cada año que viene a un evento de estos le añade algún detalle a su cosplay: "siempre veo a alguien que lleva un disfraz mejor, y eso me vale para mejorar el mío".

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Y esto es lo que quería dejar anotado aquí: Es verdad que este es un evento de estrellas. Viene Arnold Schwarzenegger, que es el invitado especial de esta Comic Con y que dará una conferencia titulada "Total Recall"; viene Dafne Keen, la feroz niña española que interpretó a la sucesora de Lobezno y que ya no es una niña; viene Gwendoline Christie, la enorme, en todos los sentidos, Brienne de Tarth de Juego de tronos; estará Aaron Paul, el mítico Jesse Pinkman de Breaking Bad y nos podemos cruzar con Luke Evans, Bardo en "El Hobbit" o Pedro Alonso de "La casa de papel"...

Sin embargo, yo me quedo, en este festival de frikismo, videojuegos y compras compulsivas de figuritas, con la gente que se ha tirado semanas, meses o años, imaginando, creando y mejorando su cosplay para sentirse, a mi lado, un personaje de fantasía más.

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