"Estamos fabricando una generación antisistema": Estefanía Molina advierte sobre el impacto de la crisis de la vivienda en los jóvenes

Madrid

La vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas estructurales de España, especialmente para la población joven. Más allá de los datos, es una realidad palpable en las conversaciones diarias: acceder a un hogar propio se ha vuelto una tarea casi imposible para miles de jóvenes, a pesar de contar con formación y empleo estable.

No se trata solo de un problema de precios, sino de acceso, estabilidad y futuro. Así lo refleja el informe Jóvenes, vivienda y futuro, elaborado por Ipsos a partir de 2.000 encuestas realizadas en toda España. Según el estudio, uno de cada cuatro jóvenes de entre 24 y 35 años asegura haber tenido que retrasar su emancipación por el elevado coste de la vivienda. Además, el 20 % afirma estar limitando su desarrollo personal y un 19 % ha pospuesto la decisión de tener hijos por esta misma razón.

En este contexto, la analista política Estefanía Molina ha abordado la cuestión durante su intervención en El Abierto de Hoy por Hoy. Molina ha afirmado que "asistimos a un contexto económico de empobrecimiento de las clases medias" durante los últimos 30 años, lo que ha derivado en una creciente frustración entre las nuevas generaciones.

"Estamos fabricando una generación antisistema", ha sentenciado, señalando que esta situación constituye una "merma" directa para el Estado del bienestar. A su juicio, el acceso a una vivienda digna no es solo una necesidad material, sino un elemento clave para el desarrollo vital: "Un techo no solo es un lugar donde meter una cama, unos muebles y un televisor", ha explicado, "sino donde crear tu pequeño mundo".

Molina también ha puesto cifras a la pérdida de poder adquisitivo en relación con la vivienda: "En 1987 se necesitaban tres años de salario para comprar una vivienda; hoy, se requieren catorce". A su juicio, esto refleja que "este país tiene un problema de crecimiento en comparación con el coste de la vida".

Josep Ramoneda también ha intervenido para reforzar el diagnóstico: "El 66 % de los jóvenes vive con sus padres, y esto es un ejemplo claro del retraso que esta situación provoca", ha afirmado. Ramoneda ha insistido en que "la calidad y el desarrollo de las sociedades" dependen de su capacidad de renovación, algo que se ve claramente afectado por la precariedad habitacional.