No, un testamento solidario no consiste en dejar sin nada a tus herederos para dárselo a una ONG: una experta explica todos los detalles
Cada vez más personas en España deciden incluir a ONGs en su testamento, para seguir ayudando a causas solidarias incluso después de fallecer

No, un testamento solidario no consiste en dejar sin nada a tus herederos para dárselo a una ONG: una experta explica todos los detalles
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Cada año, miles de personas en España deciden incluir a ONGs y fundaciones solidarias en sus testamentos. Lo hacen cada vez a edades más tempranas: 55 años es la media de quienes dan ese paso que permite financiar proyectos humanitarios incluso después de la muerte. Pero, ¿qué implica realmente hacer un testamento solidario? ¿Es necesario renunciar a dejar bienes a familiares para poder ayudar a una causa?
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Leire Ayastuy, coordinadora de la Plataforma de Testamento Solidario, que agrupa a 26 fundaciones y ONGs en España, lo explica con claridad: "Un testamento solidario es un testamento normal, solo que hemos incorporado en ese documento solidaridad". Es decir, no se trata de excluir a los herederos legítimos, sino de añadir una cláusula que permita donar parte de los bienes a una organización sin ánimo de lucro.
"Si tenemos descendientes legítimos, como pueden ser los hijos, hacemos una repartición entre ellos, y además podemos dejar un bien concreto, una suma de dinero, unas joyas, un seguro, a una o varias organizaciones no lucrativas", detalla Ayastuy.
La práctica es legal, sencilla y accesible. Basta con acudir al notario y redactar un testamento en el que se incluya a una ONG como beneficiaria. Si no se ha hecho testamento antes, este será el único válido. Si ya existe uno, puede modificarse tantas veces como se desee. "El testamento válido será siempre el último que haya sido registrado", recuerda Ayastuy, quien también destaca que el coste de este trámite ronda los 50 euros.
Una vez fallecida la persona, los bienes donados se liquidan y se convierten en financiación para proyectos solidarios. "Si es un inmueble, se vende; si es una obra de arte, se subasta. Ese dinero va a la bolsa que tienen las organizaciones para destinarlo a sus proyectos", explica la experta. Por eso, recomienda contactar previamente con la ONG para conocer cómo gestionan las donaciones y garantizar transparencia.
Además, el testamento solidario es un acto confidencial. "Hasta que tú falleces, ese documento no se abre. Lo conocerán los herederos y las organizaciones que han recibido la donación", aclara Ayastuy. No se busca reconocimiento público, sino impacto real.
El perfil de quienes optan por esta vía es claro: personas de clase media, comprometidas con causas sociales, que quieren seguir ayudando incluso después de su muerte. "Nos dicen: he calculado cuántos años más quiero que siga llegando mi ayuda. ¿Por qué va a dejar de llegar esta ayuda a una causa que considero tan importante?", comparte Ayastuy.
En definitiva, el testamento solidario no es una renuncia, sino una ampliación del legado. Una forma de seguir siendo solidario cuando ya no estamos.
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