Un estudio científico detalla la violencia de Israel sobre civiles en Gaza: les atacan con arsenal diseñado para el campo de batalla
Un informe a partir de datos médicos recogidos por sanitarios sobre el terreno refleja el patrón de las lesiones que Israel está infligiendo a la población gazatí: heridas por explosiones y un número "desproporcionado" de disparos a las piernas que terminan en amputaciones


Madrid
Mientras gran parte del PP sigue negándose a llamar genocidio a lo que Israel está haciendo con la población civil de Gaza, la realidad se impone, esta vez, en forma de publicación científica. Un estudio a partir de los registros de 78 sanitarios desplegados en primera línea revela "una forma extrema de lesiones, rara vez observada en poblaciones civiles".
Según los expertos, esta información puede ser determinante en un futuro proceso penal contra Israel.
La brutalidad en cifras: el doble de lesiones por explosivos que en otros conflictos
El informe que publica el British Medical Journal describe con detalle el "patrón lesional" de los civiles atacados en Gaza por el ejército de Israel. Ese patrón es "una descripción cualitatita y cuantitativa: qué tipo de lesiones se ven, con qué frecuencia, en qué partes del cuerpo", como explica Pedro Arcos, expresidente de Médicos sin Fronteras y profesor de Epidemiología de la Universidad de Oviedo. El estudio habla, por ejemplo, de una distribución de las heridas en las personas atendidas que "se alinea con el uso de municiones termobáricas, incendiarias, diseñadas para una destrucción máxima del tejido".
Muchos de los sanitarios que han participado en el registro, apunta el estudio, con experiencia previa en otros conflictos, aseguran que la escala y la gravedad de las lesiones de civiles en Gaza supera la de otras zonas de guerra. "En comparación con conflictos anteriores, las lesiones por explosivos representaron el 67% de los casos, es más del doble del 31% de lesiones por explosivos reportadas entre poblaciones civiles en conflictos contemporáneos", señala el artículo, que compara las heridas de estas personas con las registradas en entornos de combate en personal militar entrenado. En Israel, prosigue, "las armas explosivas, diseñadas para campos de batalla abiertos, se están desplegando cada vez más en áreas urbanas densamente pobladas". De ahí la gravedad, por ejemplo, de las quemaduras, una de las lesiones que más sufren los supervivientes. "Más del 30% de las quemaduras involucraban el grosor total de la dermis y se extendían hasta el músculo y el hueso".
La importancia de este artículo es triple, en opinión de Pedro Arcos. "En primer lugar, desde una perspectiva solamente científica, porque investigar en salud pública, en terreno, en situaciones de crisis o de emergencia compleja como es el caso de Gaza, es muy difícil. Pero además este trabajo documenta ampliamente el patrón lesional. Y, de alguna manera, también refleja muy claramente la intensidad de la agresión israelí. Muestra claramente que la intensidad de los bombardeos, la intensidad del ataque, la agresividad con que Israel ha atacado a esta población, que además es una población que no se puede ir de allí, pues se ve claramente en el patrón lesional. El propio artículo muestra cómo es un patrón lesional mucho más agresivo que el que se ve en otro tipo de conflictos. Habla de la potencia de fuego, de la agresividad que está usando Israel, además, de manera indiscriminada. Y yo creo que es importante también porque esta agresión de Israel acabará más tarde o más temprano teniendo una connotación internacional, habrá un proceso penal, y es muy importante documentar este tipo de lesiones".
Disparos "desproporcionados" a las piernas que acaban en amputaciones
En medio de un bloqueo total que no permite la entrada de material básico, con muchos de sus hospitales reducidos a escombros, la población civil de Gaza que resulta herida por el ejército de Israel se enfrenta a sus lesiones, en muchos casos, sin analgésicos, y a amputaciones de brazos y piernas sin anestesia. El informe detalla que "las heridas por armas de fuego afectaron desproporcionadamente a las extremidades, involucrando a menudo territorios vasculares importantes donde, ante la ausencia de recursos quirúrgicos, la amputación fue frecuentemente la única solución viable". Como explica Isabel Portillo, de la Sociedad Española de Epidemiología, "los profesionales relatan que estas heridas son realmente muy diferentes a las que han visto antes, y que las están viendo en civiles, no en militares. Heridas que van a producir amputaciones".
El patrón lesional ha sorprendido tanto a los médicos que trabajan sobre el terreno como a los que han leído este informe. "Sorprende, digamos, que es un patrón lesional extremadamente agresivo, es decir, un ataque en el que se utilizan bombas de unas determinadas características con un poder destructivo tremendo. Y eso se traduce en amputaciones, en muchísimas lesiones traumáticas, y además indiscriminadas: afectando a todos los segmentos de la población, niños, ancianos... Sorprende, pero se entiende cuando uno ve el tipo de instrumentos que está utilizando Israel", relata Arcos, que recuerda que "Israel prohíbe la entrada no sólo de alimentos y agua desde hace muchos meses, sino de suministros médicos esenciales. No hay analgésicos, por ejemplo, no hay anestésicos. Y tienes muchísimas amputaciones y lesiones por explosión". Una forma más de violencia, como también la del hambre. "Una amputación sin anestesia es tremenda", insiste Isabel Portillo, "pues vemos cómo su esperanza de vida es muy corta, como un recién nacido se va a morir porque no tenemos electricidad, no tenemos incubadoras, como se va a morir una madre en una cesárea... Es traumático. Este estudio lo que nos da es una visión terrible de cómo se está produciendo este genocidio". Aunque a algunos les cueste utilizar ese término.




