Vito Sanz: "Podría estar rodando y ensayando toda la vida porque actuar no me supone ningún trabajo"

Madrid

Vito Sanz hace fácil lo que le gusta, contar la vida de otros: "Podría estar ensayando toda la vida porque a mí actuar nunca me ha supuesto jamás ningún trabajo", cuenta, al revés que todas las otras ocupaciones que ha tenido donde siempre me he aburrido o donde, como en una conserjería de una casa, tras tirar la basura "siempre me quedaba dormido toda la mañana".

Vito Sanz, aunque no lo parece, es de una timidez extraordinaria, tanta que de joven, pese a lo que le gustaba hablar con las chicas, nunca lo podía hacer: "Un día descubrí que si me bebía una cerveza yo podía hablar con cualquier desconocido, con cualquier chica que me gustase... El problema es que había ocasiones en las que para cuando quería decir algo ya no me entendía nadie. Es por eso que no me acuerdo de mi primer beso".

El actor dice que "es un penalti muy deseado", como le confirmó su padre, pero un penalti después de todo: "Mis padres se casaron muy jóvenes y eso era extraño en esa época, pero al mismo tiempo tenía sus ventajas e inconvenientes. Recuerdo que en una ocasión de marcha, me subí a la barra de un bar, y me fui quitando la ropa hasta que de algún lado salió mi madre gritando: "Los pantalones, no".

Vito Sanz le debe a su madre toda la formación sexual que adquirió al principio: "Aunque a veces tenía que decirle, no lo cuentes todo, no hace falta que te explayes en los detalles, mamá".

Es muy supersticioso: "Llevo piedras y calzoncillos especiales para escenas difíciles. No se me ocurriría no ponerme esos calzoncillos en las escenas complicadas. Pero el problema es cuando una película tiene muchas escenas seguidas complicadas, entonces sí que tengo un problema".

Vito Sanz es, desde esta mañana, nuevo miembro del club de Amigos Alegres de Hoy por Hoy. Un orgullo.