Los de siempre
La próxima guerra civil, esperemos que menos cruenta que la anterior, será de millennials contra boomers o de autónomos contra funcionarios

Ignacio Martínez de Pisón: “Cuando una opinión coincide totalmente con los propios intereses, no es una opinión, sino una queja”
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Madrid
La próxima guerra civil, esperemos que menos cruenta que la anterior, será de millennials contra boomers o de autónomos contra funcionarios. Aquí todos creemos que tenemos menos de lo que merecemos y que los demás no merecen todo lo que tienen. Los millennials creen que los boomers viven a su costa y los autónomos piensan lo mismo de los funcionarios. Los boomers les dicen a los millennials: ¡ah, haber nacido antes!; y los funcionarios les dicen a los autónomos: ¡ah, haber aprobado oposiciones!
No he visto a muchos millennials defender opiniones favorables a los boomers, ni a muchos boomers adoptar el discurso de sus nietos, los millennials, y lo mismo podría decirse de los autónomos y los funcionarios, así que Coca-Cola para todos y algo de comer: ya se sabe que, cuando una opinión coincide totalmente con los propios intereses, no es una opinión sino una queja. ¿Qué arreglo tiene una sociedad en la que escasean las opiniones y abundan las quejas?
Se hace lo que se puede o, más bien, se puede lo que se hace. Mientras unos y otros se enzarzan en discusiones sin posibilidad de acuerdo, seguro que los de siempre, esos lobos con piel de lobo a los que el Perich retrataba como solemnes caballeros con puro y chistera, siguen frotándose las manos y riéndose de todos nosotros.




