Cactus y otras plantas que lo parecen y no lo son
No todos los cactus tienen que estar llenos de espinitas

Los cactus, en la terraza de la SER. / CADENA SER

Pepe Rubio, redactor del Hoy por Hoy que no necesita presentación alguna, aprovechó unos días de vacaciones para ir a su pueblo, Casarabonela (Málaga), y visitó el Jardín Botánico Mora i Bravard, apellidos de sus fundadores. El jardín también se conoce como el Museo del Cactus y alberga una colección muy importante de cactus y otras plantas suculentas, un destino que visitar sin duda alguna.
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Durante esa visita, el museo le entregó una estupenda caja de suculentas para nuestra terraza, la mayoría cactus. Agradecemos el regalo tan precioso y vamos a proceder a buscarles acomodo y a darles cuidados, para que crezcan como es debido. Además, aprovechando esta donación, vamos a hablar de los cactus y otras plantas que lo parece, pero no lo son.
No todos los cactus tienen que estar llenos de espinitas
Siempre asociamos los cactus a que tienen que estar llenitos de espinas, pero no tiene por qué. De hecho, hay muchas especies de cactus que son inermes, que no tienen espina alguna.

Cactus y otras plantas que lo parecen, pero no lo son
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Un cactus ha de pertenecer a la familia de las cactáceas, que es una familia de plantas de lo más original en cuanto a sus formas, muchas veces realmente arquitectónicas, con formas columnares impresionantes como el cactus de San Pedro (Echinopsis pachanoi, ahora conocido como Trichocereus macrogonus var. pachanoi) que tenemos en la terraza, que ya mide unos dos metros y medio.
Esta familia tiene unas yemas especializadas únicas, que ha llevado a emparentar a todas estas plantas. La yema en cuestión se llama areola, y es capaz de producir tanto las espinas (en el caso de que la especie las tenga) como también de producir las flores y nuevos tallos. Todos sabemos que una gran mayoría de cactus no tienen hojas, como otras plantas, pero tienen espinas, que son hojas transformadas.
Estas espinas les dan protección frente a los herbívoros, pero también son capaces de sombrear el cuerpo del cactus cuando son muy densas, o incluso les sirven para propagar la especie, cuando pasa cerca de ellos un mamífero peludo al que se pegan con espinas ganchudas, y parte de la planta sale de viaje con ese zorro andarín, que dejará caer ese trozo en un lugar distante al que crecía la planta madre.

Otras estructuras muy habituales de los cactus son sus costillas, que de nuevo ejercen varias funciones en la planta. Una de ellas es la de permitir al cactus absorber una gran cantidad de agua rápidamente en el periodo de lluvias, sin que sus tejidos se rompan. Para entenderlo, imaginemos ahora un globo o un balón de fútbol: si lo inflo sin parar, llegará un momento en el que el globo se rajará y romperá. En cambio, pensemos ahora en un acordeón, que es capaz de absorber una gran cantidad de aire sin romper, gracias a sus costillas. Pues de esta misma manera es como actúan las costillas de estos cactus.
A la vez, las costillas sombrean de una manera muy eficaz el cuerpo del cactus. Si miramos uno de ellos en un día soleado, veremos cómo las costillas procuran esa sombra a medida que el sol se mueve por el cielo, por lo que baja la temperatura del cuerpo del cactus, en lugares donde se pueden alcanzar calores muy intensos.
Las costillas también funcionan como un colector de agua y cuando llueve canalizan toda la lluvia que pueden hacia las raíces de la planta.
Como vemos, estas cactáceas son un milagro adaptativo increíble, una maravilla más de la naturaleza. Hablamos de algunos de los que han llegado a nuestra terraza
Astrofitos
Entre los cactus donados, tenemos dos astrofitos. En concreto pertenecen a dos especies muy conocidas en jardinería, como son Astrophytum capricorne y Astrophytum myriostigma. Tienen la peculiaridad de contar con una forma como de helado de esos de cucurucho, esos helados cremosos que salen de una máquina y en el que sus costillas giran sobre sí mismas, casi como un remolino.

El asiento de suegra
Nos han regalado siete cactus que reciben el poco decoroso nombre de asiento de suegra, y que tienen el nombre científico de Kroenleinia grusonii. Su anterior nombre era Echinocactus grusonii. Es un gran cactus globular, con esta forma de globo, que llega a medir hasta un metro de anchura, muy espectacular. Es el típico cactus barril que habrán visto en los jardines de cactus de cualquier lado.
Mammillaria
Son cactus muy curiosos, con pequeñas protuberancias al que los científicos dieron el nombre de Mammillaria. Nosotros tenemos uno muy espectacular y que me ha ayudado a clasificar Mercedes García Bravo, del vivero Desert City, especializado en este tipo de plantas y de otras muy resistentes a la sequía. Se trata de una Mammillaria plumosa, porque tiene esta vellosidad muy fina y densa, que cubre por completo el cuerpo del cactus con un color blanco muy atractivo.
Euphorbia obesa
Tiene forma de pelota pequeña, verde oscuro. No es un cactus. La Euphorbia obesa es una planta de la misma familia que la flor de Pascua, aunque no se parezcan en nada, aparentemente. Se asemeja a un cactus, como los astrofitos que acabamos de ver, pero tienen una genética diferente. Es lo que en biología se llama convergencia evolutiva: a un mismo problema, se busca una misma solución. Es decir, si en mi lugar de origen cuento con poca agua o las lluvias se concentran en un corto periodo del año, además de mucha insolación, dos plantas de dos familias diferentes originan la misma respuesta al medio: en este caso, un cuerpo rechoncho, globular, con carencia de hojas verdaderas… Cuando era un niño siempre quería tener una euforbia obesa de estas, así que ahora hago ese nexo con mi infancia gracias a esta que nos han regalado la gente del Museo del Cactus de Málaga, de Casarabonela.
Litops
Los litops o plantas piedra (Lithops sp.) que nos han llegado, y de los que estuvimos hablando hace un tiempo, no son cactus, pertenecen a otra familia diferente de la de las cactáceas —familia de las aizoáceas—, ya que no tienen esas areolas, esas yemas especializadas de las que ya hemos hablado.

Son famosos por contar solamente con dos hojas muy engrosadas, que crecen casi a ras de suelo. Entre medias de estas dos hojas generan unas florecitas de color blanco o de color amarillo muy bellas, y que son una sorpresa muy agradable en el jardín. Incluso algunas de ellas tienen un ligero aroma muy sugerente.
Las flores de los cactus
Es verdad que muchas flores de los cactus solamente duran unas pocas horas, como habrán comprobado nuestros oyentes con sus cactus. Es bastante común que estas flores se abran al atardecer, permanezcan abiertas durante toda la noche y parte de la mañana siguiente, hasta que suben las temperaturas y la radiación solar y se mustian. Es decir, las flores solo abren cuando bajan las temperaturas del entorno.
Cuidados
Necesitan mucho sol y un sustrato que no retenga mucha agua. A estas plantas no les gusta tener los pies mojados todo el día.

Eduardo Barba
Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería....




