La ONU boca abajo

Madrid

De entre los acontecimientos imprevisibles que se desarrollaron la pasada semana en la Asamblea General de la ONU, hay algunos de primera magnitud: aquellos que se refieren a la geopolítica del mundo actual.

Mientras EEUU abría brechas en el multilateralismo y en el libre mercado, China emergía como la abanderada de las Naciones Unidas y protestaba contra el proteccionismo que suponen los aranceles.

Mientras Trump dinamitaba el futuro de la organización neoyorkina que hacía de anfitriona de los discursos y los debates, y profundizaba en la desconexión de su país de los problemas de los demás en coherencia con su eslogan de “América primero”, el lugarteniente de Xi JinPing apelaba a la cooperación internacional bajo los principios fundacionales de la ONU, y afirmaba textualmente que “China abre cada vez más sus puertas al mundo”.

Se trata de concretar si estas tendencias están vinculadas a la personalidad de los máximos dirigentes de ambas potencias núcleo por tanto son temporales, o forman parte ya del núcleo profundo de ver el mundo, en el que los demás tenemos que instalarnos.

Ver para creer.