Plan de paz para Gaza: algunas novedades, pero poco viable

Madrid

Trump quiere un acuerdo de paz "todo en uno", pero eso requiere un trabajo considerable para delinear las líneas de retirada israelíes, establecer los detalles específicos sobre la liberación de rehenes, cuales serían las identidades de los prisioneros palestinos que serán liberados y las condiciones específicas para el gobierno de la posguerra, entre muchas otras cuestiones, que están sin perfilar ni detallar en el plan de 20 puntos presentado este lunes y que todo augura que harán descarrilar una vez más el acuerdo de paz.

Esta propuesta es prácticamente una copia del plan saudí-francés de julio y el trabajo reciente realizado por el ex primer ministro del Reino Unido Tony Blair quien formaría parte de la "Junta de Paz" presidida por Trump que supervisaría temporalmente el funcionamiento de Gaza bajo este plan.

Es un copy paste en su generalidad del plan de Joe Biden, el que presentó en mayo del año pasado para intentar lograr un alto el fuego gradual y un acuerdo para poner fin a la guerra. En ese caso, pasaron otros ocho meses antes de que Israel y Hamás implementaran una tregua y un intercambio de rehenes y prisioneros. Este plan de los 20 puntos fue redactado por el enviado de Trump, Steve Witkoff, y su yerno, Jared Kushner, tras consultar con Israel, países europeos y árabes, incluyendo a los mediadores Qatar y Egipto. Exige el cese de los combates, la retirada limitada de las fuerzas israelíes y la liberación de todos los rehenes restantes por parte de Hamás, seguida de la liberación de cientos de prisioneros palestinos retenidos por Israel.

Se prevé también el establecimiento de una administración de tecnócratas palestinos en Gaza que se encargue de los servicios cotidianos, supervisada por la llamada Junta de Paz Internacional que tendría su sede en Egipto.

Los miembros restantes de Hamás que se comprometan a coexistir pacíficamente y a desarmar sus armas recibirán amnistía, mientras que los demás serán exiliados. Una fuerza internacional de estabilización, creada por Estados Unidos y los países árabes, se encargará de la seguridad en Gaza, garantizando así la desmilitarización de las facciones armadas palestinas. Y este punto recoge la única novedad, porque incluiría una fuerza internacional de pacificación en la que no estaría Israel.

Se menciona la creación de un Estado palestino, pero solo de forma vaga. El plan sugiere que, si se reforma la Autoridad Palestina con sede en Ramala, "podrían finalmente darse las condiciones para una vía creíble hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino", aunque todo en condicional. Y aquí también vemos una novedad porque, aunque condicionado, se habla en un plan de paz de la creación de un estado Palestino, aunque sin un compromiso claro.

El plan estadounidense afirma que "Israel no ocupará ni anexará Gaza" aunque sin una promesa similar para la Cisjordania ocupada. Esta cláusula es vital para los países árabes, aunque se contradice con otra línea del plan que afirma que Israel mantendrá sus fuerzas en el "perímetro de seguridad" de Gaza. Así que demasiados asuntos turbios en la redacción de este acuerdo.

Se supone que el marco estadounidense devolverá el impulso a la negociación. Pero, aún así, probablemente se requerirán muchas semanas de minucioso trabajo para que se acerque a lo que Trump afirma que puede lograr: el fin total de la guerra.