Carlos Cué: "En este momento, la ultraderecha y sectores de la derecha no habrían aceptado la Constitución"
El periodista de 'El País' tiene claro que no aprobarían la Constitución del 78
Vox ha boicoteado un minuto de silencio por las víctimas del genocidio en Gaza en el Parlament de Baleares. Todos los diputados del hemiciclo lo han respetado, salvo María José Verdú y Sergio Rodríguez, que han estropeado el homenaje dando golpes en sus mesas con un bolígrafo. Una actitud que el periodista de El País Carlos Cué ha reconocido que le parece "increíble". "Si quieres hacer el gesto simbólico de que no estás de acuerdo, salte", insiste.
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Con más de 66.000 muertos desde que el gobierno de Israel iniciase su ofensiva en la Franja de Gaza, a los que se suman más de 168.000 heridos, el colaborador de Hora 25 no puede creer que todos los votantes de Vox se opongan a condenar la masacre. "A lo mejor soy demasiado ingenuo, pero yo no me puedo creer que todos los votantes de Vox piensen lo mismo, estén de acuerdo con que se rompa un minuto de silencio por unas víctimas de niños que el Rey, no una figura de ultraizquierda, calificó el otro día como actos aberrantes", afirma.
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El corazón de la Constitución
Unas palabras que han provocado una incomodidad entre la formación de ultraderecha, que siempre se ha mostrado defensora de la monarquía y de la figura del Rey. Con su condena a los ataques de Israel a la población civil palestina, Felipe VI mostraba su sintonía con una Constitución que abraza la Declaración Universal de los Derechos, algo que, el periodista insinúa, las derechas hoy no aprobarían. "En este momento, la ultraderecha y alguna parte de la derecha española no habrían aceptado la Constitución", dice, asegurando que, muchos de los puntos que en ella se incluyen, son para ellos "inaceptables".
Con sus discursos antimigración y el rechazo al diferente, Vox muestra su disconformidad con el artículo 14 de la Constitución, que dice: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social." Y lo mismo ocurre con muchas de sus políticas sobre vivienda, salud o educación. "Van contra el corazón de la Constitución", concluye.
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Es por esto que Cué no tiene dudas de que, de tener que escribir ahora la Constitución de 1978, una parte muy relevante del Congreso se opondrían. "Esto es un giro radical de lo que ha pasado en los últimos 50 años", sentencia.