Irse al quinto pino, precios imposibles y padres que ayudan a sus hijos: las voces del problema de la vivienda en España
Los oyentes de 'Hoy por Hoy' explican cómo impacta en sus vidas la crisis de vivienda tanto para comprar como para alquilar
Radiografía de la crisis de vivienda en España
Madrid
El problema de la vivienda tiene múltiples aristas pero una causa principal: faltan viviendas en España. Y al ritmo que vamos, cada vez faltarán más. Todos los datos apuntan a que el mercado de la vivienda está muy caliente: se compran pisos y casas a un ritmo que no se veía desde la burbuja inmobiliaria y a unos precios que no paran de crecer.
Partiendo de este problema lo que es evidente es que estamos en un momento en el que el mercado de la vivienda está muy caliente. A este escenario hay que sumar otros fenómenos que van añadiendo presión. Por ejemplo, los pisos turísticos o las compras de extranjeros.
Por eso, durante el tramo especial de Hoy por Hoy sobre la crisis de vivienda que se vive en España, han llegados testimonios de varios oyentes que son el ejemplo perfecto de toda esta problemática.
Irse al quinto pino
Luis, de Mallorca, ha explicado que cada vez hay que vivir más lejos de los lugares de trabajo: "En 2015 nos vinimos a vivir mi mujer y yo a Mallorca por trabajo. Vivíamos en Palma hasta que el alquiler se puso imposible. Estaban los alquileres ya como en 1.000 euros".
"En mayo de 2017 decidimos mudarnos, por esa razón, a un pueblo del centro de la isla, un pueblo chiquitito que se llama Sineu. Comenzamos pagando 500 euros y nuestro contrato se acaba ahora, en mayo de 2026", ha añadido. "Hemos hecho dos contratos y ahora estamos pensando en volver a movernos o salir, porque han subido de esos 500 a 1.200 euros, en los que están ahora de media los alquileres en un pequeño pueblo".
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Otro testimonio, que ha llegado a través de una nota de voz, se ha quejado de las maniobras de los propietarios y las inmobiliarias: "Tenemos alquilado un piso en el corredor del Henares. El propietario nos lo ha pedido porque en teoría lo iba a vender. Resulta que no era cierto. Lo ha alquilado a otra persona por 200 euros más. Al necesitar uno hemos acudido a una inmobiliaria, nos han cobrado tres meses de fianza, cuando no es legal, pero las han camuflado como gastos administrativos y no sé qué más. Impresionante".
"Realmente descorazonador"
Adrián no encuentra piso con precio razonable para comprar en Madrid: "Nuestro contrato de alquiler está en prórroga y nos hemos abierto a buscar una vivienda para comprar y lo que hemos encontrado ha sido realmente descorazonador".
"Tenemos un presupuesto muy ajustado, pero incluso viviendas de un cuarto de millón en la zona de Madrid, no en el centro, necesitan una reforma muy bestia y realmente no cumplen las condiciones de habitabilidad que uno esperaría", ha explicado.
Ayudas insuficientes y trabas autonómicas ante la emancipación de los jóvenes
"Son pisos que se construyeron en los 60 o en los 70 y que nunca se han reformado. Personas como mi pareja o yo, de 31 y 33 años, no podemos hacernos cargo de esos costes y nuestras familias tampoco nos pueden ayudar. No sabemos por dónde tirar", ha apuntado Adrián.
"Nuestro presupuesto estaría entre 200.000 y 250.000 euros y ya nos estamos pillando un poco los dedos. Pero es que no hay otra porque alquilar nos saldría incluso más caro que una hipoteca. Yo tuve mucha suerte. Me emancipé después de salir de confinamiento y encontré un apartamentito en San Lorenzo del Escorial que me dejaban el alquiler por 500 euros. Estamos viviendo en 35 metros cuadrados repartidos entre dos plantas".
Lejos de todo
Julián, de Barcelona, ha explicado su dificultad para ahorrar: "Hay una serie de gastos que hacen que todo lo que he podido ahorrar en estos años, lo pierdo. Cada tres o cinco años, lo que hayas podido ahorrar con tu pareja, vuela. Las obras..."
"Estoy de alquiler", ha comentado. "Después de la pandemia tuvimos que coger un piso que no era habitable. De hecho, estoy de juicio con el propietario. Nos fuimos de allí y tuvimos que alejarnos a más de una hora de Barcelona, para pagar un alquiler interior de unos 700 euros".
"Ahora estamos lejos de todo", se ha lamentado. "Cada vez hay que irse más lejos. Pero esto no arregla el problema porque fuera el precio está llegando también. El precio está entre 200.000 y 250.000 euros. Poco importa el metro cuadrado".
La ayuda de los padres
Paco, desde Valencia, ejemplifica perfectamente la importancia de la familia en el acceso de los jóvenes a la vivienda: "Tengo dos hijos, uno con 30 y otro con 26. Todo el sueldo del mayor lo dedica a su préstamo y, evidentemente, le estamos ayudando con costes de alquiler, costes de manutención..."
"Esperamos que esto pare porque si no, vamos a tener hijos para rato en casa", ha apuntado. "Tiene su nómina e íntegramente va a realizar su préstamo. En Valencia, por menos 230.000 euros, no hay nada".
Un caso parecido es el de Amparo, desde Barcelona: "Tengo dos hijos y he tenido que ayudar a los dos. He tenido que pedir yo un préstamo para que se compraran un piso. Tiene que pagar un dineral de gastos de hipoteca más lo que se lleva la inmobiliaria. Es que no llegaban. Los dos tienen una buena nómina y están indefinidos, pero es que no llegan".
Por último, Laura se ha fijado en la posición abusiva de caseros e inmobiliarias: "En plenas navidades, nos las amargaron porque nos echaron del piso con un mail automático de inmobiliaria. En nuestro piso nuevo tenemos una cláusula de contrato que nos prohíbe intentar ponernos en contacto con nuestra nueva casera. Hay un protocolo firmado por el que tenemos que mandarles un mail y cuando puedan nos contestan al mail o al teléfono en horario de oficina".
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