Por qué un plátano pegado con cinta americana a una pared sí es arte: "Se burla del sistema"
Laura Revuelta, periodista cultural, asegura que es arte conceptual

Por qué un plátano pegado con cinta americana a una pared sí es arte: "Se burla del sistema"
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Hace años nadie soñaba con obras creadas con inteligencia artificial ni con comprar NFTs de obras digitales, pero el arte ha evolucionado en gran medida. Desde su irrupción en los años sesenta, el arte conceptual ha desafiado las fronteras tradicionales de la creación artística. En lugar de centrarse en la forma o la estética, pone el foco en la idea, en el pensamiento detrás de la obra. Sin embargo, esta ruptura con los cánones clásicos ha generado un debate que sigue vivo: ¿basta una intención intelectual para considerar algo arte?
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En 1917, Marcel Duchamp se convirtió en el padre del arte conceptual, ese en el que prima la idea o el concepto por encima de la estética o el resultado final, con su obra La fuente. Un urinario de porcelana firmado como R. Mutt, que trataba de desafiar la naturaleza del arte y la creatividad sacando un objeto cotidiano de su contexto habitual.
"Es fundamental porque sin él no hubieran existido muchísimos artistas que vinieron detrás de Duchamps. Él rompe las reglas y hace de su obra una broma infinita, en la que se han apoyado muchísimos artistas a lo largo de estas últimas décadas", explica Laura Revuelta, periodista cultural y autora del libro Arte parece, plátano es. La batalla del discurso del arte la ha ganado este artista francés.
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Arte conceptual: ¿son gamberradas o genialidades?
¿Pero puede un plátano pegado a una pared con una cinta americana ser arte? Revuelta tiene claro que sí. "En origen, sí, creo que es una gran idea", asegura, recordando que se trata de arte conceptual, por lo que la idea de la obra nunca será diseña con fines estéticos para colgar en la pared.
"No te vas a comprar el plátano pegado a la pared, sino que te vas a comprar unos folios donde te va a explicar cómo tú tienes que montar esa instalación. Estás comprando una idea. El artista juega a hacer la broma, se burla del sistema del arte, pero, claro, su broma se convierte en un negocio muy rentable", afirma.




