El tebeo que inspiró el edificio de 'La comunidad': así se rodó la película más claustrofóbica de Álex de la Iglesia

La historia de La comunidad comenzó como una apuesta entre Álex de la Iglesia y su productor Andrés Vicente Gómez. El director quería demostrar que era capaz de rodar una película de suspense en un único decorado. "Me lo planteé como un ejercicio", explicó en el programa Sucedió una noche de la SER. El reto: contar una historia sin salir de un edificio.

Ese edificio, un viejo inmueble del centro de Madrid, fue transformado en un enorme plató vertical con paredes móviles. La estructura permitía mover la cámara con libertad y recrear cada piso como si fuera una viñeta del mítico cómic 13, Rue del Percebe, de Francisco Ibáñez. La referencia no era casual: como en el tebeo, cada vecino representa una caricatura social, y el edificio se convierte en un microcosmos grotesco y delirante.

Rodar en decorado ofreció ventajas técnicas y creativas. Al delegar aspectos como la iluminación o el sonido en su equipo, De la Iglesia pudo centrarse en lo que más le interesa: los actores. "Tuve más tiempo para trabajar con ellos y para disfrutar haciendo cine", confesó. Esa dedicación se nota en la intensidad de las interpretaciones, especialmente la de Carmen Maura, que encarna a Julia, una agente inmobiliaria atrapada en una comunidad de vecinos dispuestos a todo por quedarse con un botín oculto.

La película, estrenada en el año 2000, fue un éxito de taquilla y crítica, y ganó tres premios Goya. Veinticinco años después, sigue siendo una de las obras más celebradas del director bilbaíno. Su mezcla de humor negro, tensión y crítica social la convierte en una pieza única del cine español.

Además de su estética cuidada y su ritmo trepidante, La comunidad destaca por su capacidad para retratar lo peor de la convivencia humana. En ese edificio cerrado, donde todos vigilan a todos, el miedo y la codicia se convierten en los verdaderos protagonistas