El casete que cambió para siempre la vida de James Rhodes: "Ahí empezó mi momento mágico"

Madrid

James Rhodes ha visitado esta semana El Faro de la Cadena SER en calidad de Gatopardo para hablarnos acerca de toda una vida dedicada por y para la música. Un viaje que comenzaba en Londres (Inglaterra), donde el pianista crecía en el seno de una familia a la que no le importaba demasiado la música: "Era una casa bastante seria, la verdad". De esta manera, el artista no recibía ningún tipo de estimulación musical que le mostrara la que sería la gran pasión de su vida. No obstante, un día descubrió un casete que le cambiaría la vida para siempre: "Y por eso creo que fue tan potente el momento en el que me encontré ese casete de Johann Sebastian Bach".

Un momento muy importante en su vida porque, tal y como explica el artista, le permitió enamorarse de la música clásica y querer dedicarse a la misma para el resto de sus días: "Sí, soy muy viejo. Pero en aquel momento empezó mi momento mágico con la música, que dura hasta el día de hoy". Después de hablar acerca de este regalo que le cambió la vida para siempre, Mara Torres ha compartido con el artista un extracto de la Chacona de Bach interpretada al piano por Ferruccio Busoni.

"Tiene un universo dentro"

En ese momento, James Rhodes ha explicado qué hay detrás de esta obra y por qué es una reinterpretación de la original: "La pieza original fue compuesta por Bach para violín. Y el piano o es un instrumento bastante mejor que el violín. Por eso Busoni hizo una adaptación para piano, que es la que estamos escuchando". Y es que, en sus conciertos, Rhodes siempre explica qué hay detrás de las piezas que posteriormente va a tocar. Y en esta ocasión no podía ser menos, pues es un tema icónico que nunca olvidará por su significado.

Después de hablar acerca de esta pieza, Mara Torres le ha preguntado dónde se encontró el walkman. Y James Rhodes recuerda que trasteando por casa en un momento que sin duda alguna quedará en su memoria para siempre. Todo ello mientras seguía fascinado por la pieza de Busoni: "Qué recuerdos de esa pieza. Es tremendo. 88 teclas y piezas en el teclado, pero un universo entero dentro".

"Era como mi oxígeno"

James Rhodes recuerda perfectamente lo que sintió al escuchar por primera vez aquel casete y todo lo que le pasó por la cabeza: "No había escuchado música clásica antes y, de repente, era como mi oxígeno". De ahí que lamente que las nuevas generaciones no estén pudiendo descubrir cómo es realmente esta música y que no se potencie en las aulas: "Me pone muy triste la educación musical que se da en las escuelas, tanto en España como en el resto del mundo".

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De hecho, aboga porque se hagan más salidas para ver música en directo: "Por aquel entonces, la mayoría de escuelas hacían viajes para escuchar orquestas en vivo. Hoy en día, si no perteneces a una familia con pasta, olvídate".