El mayor bulo que tuvo que difundir el corresponsal de guerra de Franco: "Es la parte más destacada de todo su trabajo"

Madrid

El periodista Álvaro González, conocido como Álvaro Corazón Rural, es el autor del libro Capitán Veneno, donde el protagonista es el Capitán Aguilera Munro, encargado de gestionar la comunicación del gobierno de Franco de cara a los reporteros internacionales que informaban sobre España. Esta manipulación ocurría porque el régimen franquista tenía que tener bajo su poder la información española que recibían el resto de países.

El autor relata en A vivir que son dos días una situación de la carrera del Capitán Aguilera, quien se encargó de "pastorear" a aproximadamente 80 corresponsales de todo el mundo. El escritor relata una situación que, para él, fue "lo más llamativo" de su carrera. El bombardeo a la ciudad de Guernica (Vizcaya), que ocasionó incendios, se produjo el 26 de abril de 1937 y el jefe de prensa de Franco forzó a que se dijera que los culpables eran los anarquistas.

El autor del libro comenta que "se llevaron a los corresponsales a que huelan la gasolina del combustible responsable de los incendios" y que el Capitán aseguraba a todos los medios que "eso no lo había hecho un avión". De hecho, comenta el periodista que hubo un periodista francés al que encerraron y luego liberaron únicamente con la condición de que informase en esos términos. Con actos como este, se controlaba al detalle toda la información de España que se daba en el resto del mundo. El autor del libro afirma que era "la parte más destacada de su trabajo", pero que igualmente "no sirvió para nada".

Esto fue así porque, sobre el tema de Guernica, González explica que "esa parte la trabajó bien la República y quedó claro quién fue el responsable", que fueron aliados del bando franquista. Esta situación de manipulación de información ocurre hoy en día, aunque de otra manera, tal y como lo asemeja el periodista.

"Ocurrió lo que ocurre hoy con la información rusa, por ejemplo. En ese caso sí que circuló la versión de que habían sido 'los rojos' y que habían quemado el pueblo al igual que quemaban todos", apunta el autor. "La confusión a veces favorece a los verdugos", concluye el escritor.