Opinar es fácil
Yo creo que Israel está cometiendo un genocidio. Lo digo porque lo pienso. También pienso que hablamos mucho y hacemos poco. Opinar es fácil. Movilizarse cuesta un poco más.

Barcelona
La vida nos enseña desde niños las ventajas de la discreción. En cuanto algún adulto que se cree gracioso te pregunta por primera vez eso de a quién quieres más, si a mamá o a papá, deberías tomar conciencia de que el mundo es muy complicado y la gente, muy capciosa.
Dice el tópico que el silencio es oro. Eso solía ser cierto, pero ya no. Ahora ocurre lo contrario: el oro, mucho oro, lo hacen unos pocos azuzándonos con el algoritmo para que no callemos ni un momento. Fíjense en las redes sociales: sus dueños se hacen cada día un poco más millonarios gracias a nuestra verborrea.
El asunto no es nuevo. Los periodistas, que tenemos la obligación de preguntar en nombre del público, nos frotamos las manos cada vez que encontramos a un bocachancla: acabará diciendo alguna barbaridad que nosotros, inevitablemente, pondremos en el titular. Porque esas cosas se venden bien. Y esta es la lógica de las redes: cuanto más gorda es la barbaridad, más se viraliza.
Siempre he tenido claro que a los políticos hay que apretarles las tuercas. Los periodistas tenemos la obligación de preguntar, porque para eso nos pagan, y ellos la de responder, porque para eso les paga el contribuyente. Nunca he tenido claro, en cambio, que un ciudadano más o menos relevante por su trabajo, o por lo que sea, esté obligado a dar su opinión sobre todas las cosas. Puede opinar, por supuesto. Pero también tiene derecho a callarse, como el niño tiene derecho a mentir y a afirmar que quiere por igual a papá y a mamá.
Woody Allen ha sido entrevistado últimamente (en este programa, por ejemplo) porque ha publicado una novela. Allen es judío y, como es lógico, los periodistas le han preguntado por Israel y los palestinos. El hombre ha evitado responder y se ha guardado la opinión que sin duda tiene. Lo acepto. Porque su trabajo consiste en crear ficciones, no en diagnosticar genocidios.
Yo creo que Israel está cometiendo un genocidio. Lo digo porque lo pienso. También pienso que hablamos mucho y hacemos poco. Opinar es fácil. Movilizarse cuesta un poco más.
Me llamo Enric González. Les deseo un buen fin de semana.




