"¿Por qué hacéis esto?": Manuel Burque explica lo que no termina de convencerle de los médicos
Manuel Burque tiene en gran estima a los médicos, pero hay un pequeño aspecto clave que le genera una ligera desconfianza en los profesionales del sector

"¿Por qué hacéis esto?": Manuel Burque explica lo que no termina de convencerle de los médicos
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Madrid
Manuel Burque nos trae un nuevo miedo del que hablar en este episodio de Me pasa una cosa: las agujas. En este caso, Burque explica que no puede compartir el miedo de los oyentes, ya que las agujas formaban parte de la cotidianidad en su hogar.
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El humorista procede de una familia de padres enfermeros, así que está más que acostumbrado a ver utensilios médicos como ese por casa y tenía la suerte de que cuando le tocaba hacerse una analítica o se tenía que anotar una vacuna más en su cartilla, eran su padre o su madre los que manejaban la aguja.
Además, en el caso de las analíticas, según cuenta el cómico, siempre se hacían a la hora del desayuno, así que cuando ahora tienen que hacerle un análisis de sangre no le despierta miedo, pero sí hambre.
El suspense de la analítica
El presentador de Me pasa una cosa no tiene mido a las agujas, pero lo que sí heredó de sus padres enfermeros es ese pequeño enfrentamiento con los profesionales de la medicina. Antes que nada, Burque evita cualquier malentendido asegurando que "le encantan los médicos" y que los considera "las personas más valiosas de la sociedad".
Aclarado este punto, el cómico reconoce que hay un hecho determinado que le genera una "pequeña desconfianza" en los médicos, ese "suspense innecesario" que generan antes de dar los resultados de una analítica, "¿por qué hacéis esto?" se pregunta. Burque fantasea con la idea de que esta pausa, más propia de una novela de Stephen King que de una consulta médica, es una de las grandes normas que se explica a los estudiantes de medicina durante su estancia en la facultad.
Después de una pequeña reflexión, el presentador solo encuentra una posible explicación a esta creación de suspense por parte de los médicos que llevan casi "al infarto" a sus pacientes. Burque imagina que estos médicos "no han tenido tiempo de ver lo que pone en las analíticas" y quieren evitar tener que dar malas noticias "con una sonrisa".




