El escritor Guillermo Alonso "debería ser gallegosexual"

Madrid

Guillermo nos recibe en su piso del barrio de Chamberí, cerca de la plaza de las Salesas. Una zona "bien" pero nos matiza que es puro "cosplay" de rico. Su novio y él hacen ver que tienen el mismo nivel de vida que sus vecinos pero, en realidad, saben que en 2 años les subirán el precio y tendrán que irse. Asumir su realidad. Mientras el sueño dura nos colamos en este apartamento abuhardillado con vigas de madera y lleno de libros apilados desde el suelo.

Inglesitos de cangrejo y "sanwichitos"

Tomanos café con leche durante la entrevista, aunque nos promete unos "sanwichitos" para después. En "El efecto deseado" convive el lujo con lo cutre. Guillermo admite que se siente fascinado por esos lugares destartalados incluso precarios. Por eso en la novela se detiene más en la descripción de estos lugares. En la trama, con una estructura sorprendente, se contrapone con el lujo. Fiestas con catering que ofrecen "inglesitos de cangrejo" que son, básicamente, briochitos rellenos de salsa rosa y cangrejo, "me encanta la literatura que hay en los menús. Si leo patatas amorosamente preparadas por nuestros cocineros, tengo que pedirlas, aunque luego sean congeladas"

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Sexo, drogas y afectos violentos

Las críticas y reseñas de "El efecto deseado" dice que habla de la identidad, los afectos y la soledad. Es la historia de un huérfano que se va a adaptando a lo que le depara la vida en cada momento. Y no siempre es fácil. Narra el despertar, más que sexual, sentimental de Gaspar y llama la atención cómo conviven siempre los afectos con la violencia. Afortunadamente Guillermo aclara que esa parte no es biográfica. Y cuando le preguntamos si a la hora de definir su identidad qué pesa más la sexual o la gallega. Nos responde que le gustaría que fuese una mezcla de ambas: "la gallegosexualidad". Y ahí que cada uno lo interprete como quiera.