El mayor contratiempo de Carlos Soria durante su ascenso al Manaslu con 86 años: "Lo de la boca ha sido horrible"

Madrid

Hace algo más de una semana, concretamente el pasado viernes 26 de septiembre, Carlos Soria volvía a hacer historia al convertirse en la persona de más edad en alcanzar una cumbre de 8.000 metros en todo el mundo. A sus 86 años, el alpinista español celebraba el 50 aniversario de su primer ascenso al Manaslu (1975) con una nueva ascensión al gigante de 8.163 metros para rememorar así la primera vez que un equipo español coronó un ochomil. Una auténtica proeza ya no solo por su edad, sino por la complejidad de un reto al alcance de muy pocas personas.

Varios días más tarde, y ahora que ha podido descansar un poco de la aventura, hemos podido hablar con él en SER Aventureros para que nos cuente un poco más acerca de la que sin duda alguna es una de las mayores gestas de su carrera. Y Carlos Soria ha reconocido que está agotado de la aventura: "Estoy muy hecho polvo. Ha sido muy duro. La bajada ha sido muy complicada y ahora tengo que descansar unos días". El alpinista reconoce que ha sido muy duro, principalmente por el tema físico y por todo el esfuerzo que ha tenido que hacer.

"Lo de la boca ha sido horrible"

De hecho, y después de volver a casa, el aventurero ha llegado a la conclusión de que el homenaje a esa primera expedición se le ha ido completamente de las manos: "Yo quería celebrar el 50 aniversario, pero no sabía que se iba a montar este follón". El reto ha sido tan complicado que ha llegado a perder hasta seis kilos durante su ascenso al Manaslu. Y no solo por lo que supone este reto a nivel físico, que no es ni mucho menos apto para todos los públicos. En declaraciones a la Cadena SER, Carlos Soria ha reconocido que se le rompió la prótesis dental de arriba: "Me cago en la leche".

La Sierra de Cebollera

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Algo que sin duda alguna le ha condicionado mucho durante el viaje: "No sabes bien cómo lo ha pasado para comer, madre mía. Tenía que comer prácticamente todo líquido. Luego las patatas cocidas también me iban muy bien porque las machacaba ahí entre la lengua y el cielo de la boca y podía tragarlas. Pero bueno, la verdad es que he tenido mala suerte, lo de la boca ha sido horrible. Y además se me rompió muy pronto". De esta manera, el aventurero se pasó varios días con problemas para comer durante la ascensión a una de las cumbres más grandes del planeta.

La nueva prótesis de Carlos Soria

Y para que no se vuelva a repetir, el aventurero ha reconocido que le gustaría hacerse una prótesis nueva que se fije realmente a la boca y que no se le pueda romper como la que tiene actualmente: "A ver si me hago una prótesis nueva de esas que se quedan fijas, no como esta. Ahora me han pegado lo de la boca, pero yo me quiero hacer aunque sea una prótesis de estas fijas con tornillos o lo que sea, porque estoy incómodo".

Ahora por lo menos puede comer algo. Pero quedarse prácticamente sin poder comer durante un reto complicado, y con 86 años a sus espaldas, provocó que la aventura acabara siendo mucho más complicada de lo que pensaba inicialmente: "Ahora puedo comer bien porque me han arreglado un poquito este aparato, en unos días me lo volverán a mirar para que esté todavía mejor. Ahora por lo menos puedo usar los dientes. Es que antes era comer entre la lengua y el paladar". Por lo tanto, un reto doblemente complicado que vuelve a colocar el nombre de Carlos Soria con letras de oro en el libro del alpinismo español.