Sébastien Lecornu presenta su dimisión como primer ministro de Francia horas después de presentar el nuevo gobierno
"No se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones", ha explicado. Es el quinto primer ministro del país en el último año y medio

El primer ministro francés Sebastien Lecornu / ALAIN JOCARD / POOL (EFE)

Madrid
Sébastien Lecornu ha presentado por sorpresa su dimisión como primer ministro de Francia justo horas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, nombrara el nuevo gobierno.
Lecornu no llevaba ni un mes en el cargo y durante ese tiempo ha estado encadenando consultas para conformar el equipo ejecutivo que le acompañaría. Cuando presentó ese nuevo gobierno este domingo, las críticas no tardaron en llegar, al repetirse muchas de las caras que ya estaban en el gobierno anterior.
Pero las críticas no solo llegaron desde la oposición. Bruno Retailleau, reelegido ministro del Interior, se arrepintió poco después de conocer el resto de nombres del gobierno y dejaba en la red social X un duro mensaje que ha desencadenado la dimisión de Lecornu: "La composición del Gobierno no refleja la ruptura prometida. Dada la situación política creada por este anuncio, convoco al comité estratégico republicano mañana por la mañana", en referencia a este lunes.
Las tres razones para dimitir
El primer ministro saliente francés, Sébastien Lecornu, manifestó este lunes que "no se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones" para gobernar, deploró los "apetitos partidistas" que han llevado a su dimisión y pidió "borrar ciertos egos".
"Ser primer ministro es una tarea difícil, sin duda aún más difícil en estos momentos. Pero no se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones" para gobernar, dijo Lecornu en una declaración pública para explicar las razones que le han llevado a renunciar al puesto pocas horas después de nombrar su gabinete.
El primer ministro saliente afirmó en su declaración desde Matignon (sede del gobierno) que había "intentado construir una vía (...) en temas que anteriormente habían estado bloqueados", como el seguro de desempleo y la Seguridad Social, para "reinstaurar la gestión conjunta" con los interlocutores sociales y "construir una hoja de ruta" para sacar al país de la crisis.
Lecornu enumeró tres razones que le impiden seguir siendo jefe de Gobierno. En primer lugar, citó el hecho de que los partidos políticos "en ocasiones fingieron ignorar el cambio, la profunda ruptura que representaba no aplicar el Artículo 49.3 de la Constitución", que permite adoptar leyes sin el acuerdo del Parlamento, y que, según él, desbarataba el "pretexto para la censura previa" en la Asamblea Nacional.
Deploró, en segundo lugar, que "los partidos políticos siguen adoptando una postura como si todos tuvieran mayoría absoluta en la Asamblea Nacional".
El político macronista aseguró que durante las tres semanas de negociaciones que mantuvo con todo el arco parlamentario estuvo "cerca" de lograr un acuerdo, que las "líneas rojas se estaban volviendo naranjas y, a veces, verdes", y que él "estaba dispuesto a ceder, pero cada partido político quiere que el otro adopte su plataforma completa", lamentó.
En este sentido, recordó que "los acuerdos no son lo mismo que los compromisos" y para que se lleven a cabo es necesario "cambiar nuestra mentalidad y no querer implementar todo el proyecto y programa" de cada partido.
En tercer lugar, "la composición del gobierno dentro del núcleo común (los partidos de centro y derecha que componen el gobierno) no fue fluida", reconoció.
Esas tensiones provocaron "el resurgimiento de algunos deseos partidistas, a veces relacionados (...) con las próximas elecciones presidenciales" de 2027, apuntó Lecornu.
La fractura del parlamento y la poca "modestia"
El primer ministro dimisionario terminó su alocución con un mensaje "esperanzador y optimista" al pueblo francés: "Se necesitaría poco para que funcionara" un Gobierno pero para eso hay que ser "más desinteresado", "quizás también un poco modestos a veces" y "tener en cuenta el interés general".
"El principio mismo de construir un compromiso entre partidos políticos es poder combinar líneas verdes y tener en cuenta un cierto número de líneas rojas, pero no podemos estar en ambos extremos, y algunos partidos políticos de la oposición lo han entendido, y me gustaría agradecérselo ahora", continuó.
Lecornu insistió en que, pese al fracturado mapa parlamentario (con tres bloques prácticamente con el mismo peso), las fuerzas políticas deberían "ser capaces de avanzar, al menos para que quienes quieren encontrar un camino para el país puedan avanzar".
Lecornu presentó este lunes la dimisión de su Gobierno al presidente francés, Emmanuel Macron, apenas 13 horas después del anuncio de su gabinete, en un nuevo giro inédito de la crisis política que vive el país. Esa dimisión fue aceptada por el jefe del Estado, lo que abre las puertas a diferentes escenarios, incluida la convocatoria de elecciones anticipadas.
Ante este escenario de inestabilidad, Macron tiene dos posibilidades: nombrar un nuevo primer ministro o hacer lo que no ha querido afrontar hasta ahora, disolver la asamblea y volver a convocar elecciones, como le pide la oposición.
El primer ministro francés más efímero
Sébastien Lecornu, fiel escudero del presidente Emmanuel Macron y conocido por su carácter prudente y discreto, cedió este lunes la jefatura de Gobierno tras apenas 27 días en el puesto, convirtiéndose en el primer ministro francés más efímero de la V República Francesa (desde 1958).
Lecornu, teniente en la reserva de la Gendarmería y atraído en su juventud por la vida monacal, batió el poco honorable récord de brevedad a Michel Barnier, quien fue tumbado en una moción de censura a inicios de diciembre de 2024 tras solo tres meses en el puesto.
Tras la dimisión del hasta hoy primer ministro, ya son cuatro jefes de gobierno seguidos de la era Macron que no llegan ni siquiera al año en el puesto: Gabriel Attal (de enero de 2024 a septiembre de 2024), Barnier (septiembre de 2024 a diciembre de 2024), François Bayrou (de diciembre de 2024 a septiembre de 2025) y Lecornu.
Poco conocido del gran público cuando fue nombrado por Macron el pasado 9 de septiembre, el político centroderechista, de 39 años, dio un portazo de impotencia ante la falta de aliados en la Asamblea Nacional para sacar adelante las cuentas de 2026.
Secretario de Estado para la Transición Ecológica y Solidaria (2017-2018), ministro encargado de las Colectividades Territoriales (2018-2020); titular de Ultramar (2020-2022) y ministro de Defensa (2022-2025), el político treintañero había sido el único en estar en todos los gobiernos macronistas.
El jefe de Gobierno en funciones fue un tránsfuga que se pasó de Los Republicanos (partido fundado por Nicolas Sarkozy) al movimiento centrista de Emmanuel Macron en 2017, debido al caso de corrupción que implicó al entonces candidato de la formación conservador en las presidenciales de ese año, François Fillon.
Macron comenzó realmente a apreciar a Lecornu en la crisis de los 'chalecos amarillos', la revuelta popular que, entre 2018 y 2019, sacó a relucir las desigualdades sociales y económicas entre las grandes ciudades francesas y las zonas rurales.
En las reuniones públicas que organizaba Macron en diferentes pequeñas localidades del país para cerrar la crisis, Lecornu le sugirió incorporar en las mismas a los alcaldes y poner a disposición del público un simbólico libro de mensajes donde los ciudadanos podían expresar su malestar.
A partir de entonces, el nuevo primer ministro fue ascendiendo posiciones en los sucesivos Ejecutivos. El penúltimo puesto que ocupaba Lecornu, el de titular de Defensa en plena guerra en Ucrania, le hizo ganar aún más puntos a los ojos de Macron. La ambiciosa ley que dotará a las Fuerzas Armadas de un aumento presupuestario del 6% de 2024 a 2030 salió adelante gracias al empeño y la capacidad negociadora de Lecornu.
Monje en un monasterio benedictino
Hijo único de una madre secretaria en un gabinete médico y un padre técnico en una fábrica aeronáutica y aeroespacial, Lecornu nació el 11 de junio de 1986 en Eaubonne, una pequeña localidad de la periferia parisina.
Escolarizado en una escuela católica, estuvo muy cerca de ponerse los hábitos de monje en la abadía benedictina de Saint Wandrille.
Influido por uno de sus abuelos, antiguo resistente contra la ocupación nazi y seguidor del general Charles de Gaulle, Lecornu se afilió al partido conservador UPM (el antecesor del LR) y, con solo 19 años, pasó a ser colaborador parlamentario del diputado Franck Gilard, un récord de precocidad en la época.
Con solo 22 años, integró el gabinete ministerial de François Fillon. Paralelamente y mientras crecía en el UMP, se licenció en Derecho y se hizo oficial en la reserva operativa de la Gendarmería con el grado de teniente. Porque, junto a la vida monacal, la castrense ha sido otra de sus grandes pasiones.




