La biblioteca secreta en los campos de concentración que plantó cara al nazismo
Helene Nathan ayudó a preservar algunas de las grandes obras de la humanidad

La biblioteca secreta en los campos de concentración que plantó cara al nazismo
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
El escritor Mario Escobar ha visitado este fin de semana a SER Historia en calidad de invitado para hablarnos acerca de La guardiana de los libros. Una novela, publicada por Ediciones B, en la que conocemos la historia de una bibliotecaria muy peculiar que le plantó cara a la Alemania nazi de Adolf Hitler sin ningún reparo. Hablamos sobre Helene Nathan, la primera directora de una biblioteca grande en Alemania, quien hizo todo lo que estuvo en sus manos para salvaguardar algunas de las grandes obras que el régimen nazi buscó destruir durante años.
Más información
Y es que, tras la llegada de Adolf Hitler al poder, el régimen nazi hizo todo lo posible para eliminar cualquier posible libro o artículo que pusiera en tela de juicio su forma de ver y entender el mundo. Así nos lo explica Mario Escobar, quien recuerda que el nazismo provocó una auténtica hecatombe cultural en el país: "Cuando los nazis llegan al poder van directamente a por la cultura. Se hacen con los medios de comunicación, cierran editoriales, destruyen sus fondos y justo después empieza la quema de libros y la persecución a los bibliotecarios". Por suerte, personalidades como Helene Nathan hicieron todo lo posible para salvaguardar los títulos más importantes de la historia.
La persecución de los libros
En cuanto empieza la persecución de los libros, Helene Nathan y sus colegas bibliotecarios intentaron hacer bibliotecas secretas en numerosos puntos del planeta: "Hay una biblioteca secreta en París y en Estados Unidos empiezan a guardarse esos títulos y autores cuando empieza la quema de libros por el temor de que lleguen a desaparecer por completo. Porque claro, en aquella época no sabían todavía si el nazismo iba a ocupar todo Europa y se iba a mantener en el poder durante mucho tiempo, porque el Tercer Reich iba a ser milenario".

Gertrude Bell: Una mujer en Oriente Próximo
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Y Helene Nathan hizo lo propio en Berlín. Antes de que la echasen de la zona, la protagonista de esta historia creo su propia biblioteca en una zona oculta. Lamentablemente, su vida empieza a estar en peligro y acaba en uno de los primeros campos de concentración para mujeres: "Primero se fue a por intelectuales, personas con distintas ideologías políticas al nazismo y ahí va a tener que sobrevivir". De ahí que Helene Nathan acabara apresada por su labor a conservar la cultura alemana.
Las bibliotecas secretas durante el nazismo
No obstante, y mientras estuvo en este campo de concentración, Nathan montó una pequeña biblioteca secreta en la que las encarceladas podían tener acceso a algunos de estos libros prohibidos que el nazismo había tratado de ocultar: "Las prisioneras llevaban sus propios libros. Cuando se purgaba la ropa, se extraían muchas cosas de las reclusas e iban llegando libros. Entonces, conseguían recuperar algunos de ellos y sumarlos a la biblioteca".
Y a partir de esta biblioteca surgieron muchas otras en campos de concentración como el de Auschwitz: "Una chica logró recuperar varios libros también y a partir de ahí comenzó a hacer una pequeña biblioteca. Imagínate en Auschwitz, con toda la problemática que había, pues logró hacer algo parecido durante el tiempo que estuvo en el campo de concentración. Y la fascinación por los libros fue enorme".

David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...




