La filósofa Victoria Camps explica cómo nos han engañado con la libertad: "Nadie se para a pensarlo"
En los micrófonos de 'El Faro', invita a los oyentes a pensar en el bien común

La filósofa Victoria Camps reflexiona sobre el concepto de libertad a día de hoy: "Es individualista y muy egoísta"
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Victoria Camps (Barcelona, 1941) es una de las pensadoras más influyentes de finales del siglo XX y del siglo XXI. Catedrática emérita de Filosofía Moral y Política de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la catalana tiene una amplia obra, entro los que destacan Virtudes públicas (1990), El siglo de las mujeres (1998), El gobierno de las emociones (2012) y Breve historia de la ética (2013). Ahora, en su nuevo libro La sociedad de la desconfianza (2025) la escritora y filósofa reflexiona sobre el individualismo y el desapego a lo común.
En una entrevista en El Faro, la barcelonesa ha hablado junto a Mara Torres sobre el actual concepto de la libertad en nuestra sociedad, impregnada de influencias consumistas y capitalistas. "La concepción de libertad que tenemos es muy individualista, es muy egoísta y no va acompañada de un sentido de la responsabilidad", explica, insistiendo en que hay que dejar de lado el pensamiento de que todo lo resolverá el Estado.
Los grandes retos
En La sociedad de la desconfianza argumenta que la libertad solo la entendemos como algo individual, incluso cuando nos hablan de felicidad. La felicidad de un mundo consumista se basa solo en que consigas saciar tus deseos, no hay un bien común, no se habla de la libertad pensando en el bien común. "Es la libertad que nos ha inculcado la economía consumista, la economía de mercado, que es la libertad para satisfacer las necesidades propias. En un mundo donde las necesidades crecen porque el mercado te va ofreciendo más cosas y creando más necesidades nuevas", incide.

Limitada exclusivamente por las leyes y las capacidades económicas y sociales de cada individuo, la concepción reduccionista que plantea Camps en su libro se aleja mucho del ser racional de Kant, que se guía por su libertad de pensar por sí mismo. "Nadie se plantea qué significa pensar por sí mismo, nadie se plantea el qué debo hacer ante una situación un poco conflictiva. Lo más inmediato es bueno, qué es lo que me apetece, qué es lo que yo quiero, qué es lo que me interesa, qué es lo que me conviene. Eso también repercute en que no haya cohesión, que no haya sentido de cooperación, ni de solidaridad", insiste.
La filósofa asegura que, en los últimos años, la sociedad sí que puso por delante el bien común durante la pandemia. "Estábamos afectados todos, teníamos miedo, había una gran incertidumbre porque era un virus desconocido y había que actuar en común", recuerda, incitando a los españoles a percibir esos problemas comunes, como la vivienda o la inmigración, y tratarlos desde la unidad. "En todos los grandes problemas, no solo tienen que resolver los políticos, no resuelven bien porque no consiguen un eco ciudadano que acepte las propuestas que puedan hacer. Aparte de la polarización entre ellos, que no acaban de acordar nada porque no quieren acordar nada, solo quieren pelearse", concluye.




