Siniestralidad laboral: la enfermedad económica de España

El derrumbe de un edificio en el centro de Madrid ha vuelto a poner sobre la mesa la precaria situación de muchos trabajadores en materias de prevención y protección frente a los riesgos laborales. La cifra absoluta de accidentes laborales registrados en los siete primeros meses del año supera los 720.000. La mayoría, unos 300.000, han sido accidentes que han tenido lugar en el puesto de trabajo: 300.000, y el resto en el trayecto de ida y vuelta al trabajo. Una siniestralidad que, pese a haber bajado, continúa siendo alta.

También se han reducido los accidentes mortales, pero aun así, hasta julio han sido 431 los trabajadores que han fallecido, 4 menos que hace un año, pero en determinados sectores, como el de la construcción, se han incrementado: en estos primeros meses del año ha habido 21 fallecidos más que en 2024: 103 trabajadores.

Cifras que podrían ser mayores porque, según un informe de CCOO de 2023, el 33% de los accidentes de trabajo mortales tuvieron lugar en empresas donde no se había realizado ninguna evaluación de riesgos laborales, es decir, ese peligro no estaba ni siquiera detectado. Y todo ello, con una regulación laboral que está a punto de cumplir 30 años y en la que el Gobierno ya trabaja con los agentes sociales que exigen, entre otras cosas, que se incrementen las inspecciones laborales.

"Hay que darle una vuelta a la Ley de Prevención y, de hecho, llevamos año y medio trabajando en un texto que tenemos ya muy avanzado y, por ejemplo, hablamos de integración de la prevención. Tiene que haber una persona en todas las empresas que se encargue de coordinar las acciones derivadas del Plan de Prevención, hay que transversalizarlo desde la perspectiva de género..." defiende Mariano Sanz, Secretario confederal de Salud Laboral de CCOO.