Un empujón hacia la crispación
El diálogo generacional de padres a hijos, de maestros a discípulos, es un valor indispensable para la convivencia

Luis García Montero: "Vivir con prisas y con ambiciones aceleradas empuja hacia la crispación"
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Madrid
Hablando de crispaciones, el poeta Juan José Domenchina se extrañaba en 1932 de las numerosas barbaridades publicadas contra el presidente Manuel Azaña, un mal hombre con el hígado lleno de ambiciones y pesadillas. Leo el artículo de Domenchina en Textos vivos, un libro que acaba de publicar la editorial Renacimiento, en el que se reúnen los artículos que José-Carlos Mainer empezó a escribir en los años 60 sobre la cultura del exilio republicano español. Como explica Manuel Aznar Soler, responsable de la edición, José-Carlos es un maestro para todos los que nos hemos dedicado a estudiar la literatura contemporánea.
Vivir con prisas y con ambiciones aceleradas empuja hacia la crispación. Y también impide la buena costumbre de admirar a los maestros, la posibilidad de recibir la herencia de las personas que convierten nuestra labor en una vocación, mientras nos enseñan a comprometernos con la sociedad en una biblioteca, un aula, un hospital, una redacción o una mesa de trabajo. Cada vez se habla menos de maestros. La transmisión de saberes no se lleva bien con el individualismo a ultranza, ni con la pérdida de respeto a los sentimientos de comunidad.
José-Carlos Mainer fue y es un maestro para todos los que quisimos aprender de María Teresa León, Max Aub, Francisco Ayala, María Zambrano y el pensamiento libre que intentó borrar la dictadura. El diálogo generacional de padres a hijos, de maestros a discípulos, es un valor indispensable para la convivencia. Como nos enseña el maestro José-Carlos Mainer, el estudioso de la literatura que no atiende a la vida, no sabe nada de la vida, pero tampoco de literatura.

Luis García Montero
Luis García Montero (Granada, 1958), poeta, narrador, ensayista y catedrático de Literatura Española...




