Miles de mujeres claman ante el Servicio Andaluz de Salud que sus vidas "no pueden esperar"

Madrid

Miles de personas, en su mayoría mujeres, se han concentrado este miércoles frente a la sede central del Servicio Andaluz de Salud (SAS), en Sevilla, para denunciar los "inadmisibles fallos" en el programa de cribado del cáncer de mama. Bajo el lema "Nuestra vida no puede esperar", las manifestantes han exigido responsabilidades políticas y soluciones urgentes ante una crisis sanitaria que afecta ya a más de 2.000 mujeres en Andalucía.

La protesta, convocada por la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama) y respaldada por colectivos sociales, sindicatos y partidos de la oposición, ha contado con una amplia participación ciudadana. Entre las pancartas se leían mensajes como "No son casos, son vidas", "Tu gestión nos mata" o "Menos cofradías, más mamografías", mientras se coreaban consignas como "Moreno dimisión” o "Moreno Bonilla fuera de Sevilla".

Fallos en el cribado y retrasos de hasta un año

La crisis estalló tras conocerse que más de 2.000 mujeres con mamografías clasificadas como "lesiones posiblemente benignas" no fueron informadas ni citadas para pruebas complementarias. El fallo se atribuye a un protocolo obsoleto del SAS, vigente desde 2011, que permitía no notificar resultados no concluyentes hasta una segunda revisión que, en muchos casos, nunca llegó o lo hizo con retrasos de hasta un año.

A ello se suman errores informáticos en el sistema de gestión de citas y notificaciones, que dejaron a muchas pacientes sin seguimiento. La falta de empatía en la atención también ha sido duramente criticada. Según Amama, algunas mujeres han fallecido por diagnósticos tardíos, y la asociación estudia una demanda colectiva por negligencia médica.

Reacciones políticas y primeras dimisiones

La Junta de Andalucía ha reconocido el error y ha anunciado un plan de choque de 12 millones de euros, que incluye la contratación de 119 profesionales sanitarios, la revisión de todas las mamografías afectadas antes del 30 de noviembre y la modificación del protocolo para garantizar que cualquier resultado no concluyente sea comunicado de inmediato.

Sin embargo, las medidas no han calmado la indignación. La presión social y política ha forzado la dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández, anunciada por el presidente andaluz, Juanma Moreno, en una comparecencia extraordinaria. Moreno reconoció la gravedad del problema y prometió una auditoría del sistema de cribado.

La oposición ha exigido una comisión de investigación en el Parlamento andaluz. Desde el Gobierno central, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha reclamado a todas las comunidades autónomas un informe detallado sobre sus programas de cribado, advirtiendo que "no se tolerarán fallos estructurales que pongan en riesgo la salud de las mujeres".

Una indignación que se extiende

Las protestas se han replicado en otras capitales andaluzas como Córdoba y Granada. En la capital cordobesa, más de 300 personas se concentraron en el bulevar del Gran Capitán, denunciando que los errores no son hechos aislados, sino consecuencia del "desmantelamiento de la sanidad pública".

Desde las asociaciones de mujeres insisten en que no se trata de un fallo puntual, sino de una negligencia estructural. La Fiscalía Superior de Andalucía ya ha abierto diligencias tras la denuncia del Defensor del Paciente.