El alto el fuego y la paz
"No debe pararse la presión, sino los disparos"

El análisis de Xavier Vidal-Folch | El alto el fuego y la paz
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Barcelona
Esto va en serio. Antes de acabar el próximo fin de semana, será realidad. Si ninguna catástrofe lo tuerce. El alto el fuego, la entrega de rehenes israelís, la devolución de prisioneros palestinos y la retirada de Gaza, aún parcial, de los soldados de Israel desplegados en la franja, serán un hecho.
Es un paquete conjunto de distintas medidas entrelazadas. Conforma la primera fase del proyecto que debe acabar con la violencia en esa zona mártir de nuestra historia más actual.
Que eso culmine, y que se convierta enseguida en una segunda fase consistente en un verdadero proceso de paz consistente, justa y duradera, depende de muchos actores. De momento, Hamás ha reconocido la evidencia de que su vía violenta ha sido derrotada, y opta por la política. Y a Netanyahu, vencedor en la batalla de la destrucción, no le quedaba otra. Pero también los demás tenemos responsabilidades: los vecinos árabes, los europeos.
Si se ha llegado hasta aquí no ha sido por inspiración divina, sea cual sea el dios de cada uno, si lo tiene. Ha sido por la presión conjunta de muchos factores. Entre ellos, de la opinión pública, minimalista en Israel y EEUU, potente en Europa y mayoritaria en todo el mundo como demuestra el reconocimiento abrumador del Estado palestino en la ONU.
Es esta presión lo que no debe paralizarse, sino los disparos. Esta presión ha contribuido enormemente a que se haya llegado hasta aquí. Y solo ella puede ayudar a fijar las garantías de que nadie rompa los acuerdos, y que se avance todavía mucho más lejos.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




