Simone Biles siembra la duda sobre sus próximos Juegos: "Estaré en Los Ángeles 2028, pero no sé si sobre el suelo o en las gradas"
La gimnasta deja en el aire su papel en la próxima cita olímpica a la vez que se sincera: "Ahora mismo no me gusta entrenar, lo odio"

Simone Biles, heptacampeona olímpica en gimnasia artística / Rodrigo Valle

Los Ángeles 2028 se mantiene en vilo respecto a una de las llamadas a ser grandes protagonistas de la próxima cita olímpica. Para entonces, entre la multitud de triunfadores olímpicos que ha aportado el deporte estadounidense a lo largo de la historia se encuentran grandes cabezas de cartel. Una de ellas sería la reina de la gimnasia artística, Simone Biles, quien después de haber dejado huella en su deporte con 11 medallas olímpicas (siete de ellas de oro) ha desatado la preocupación respecto a un 'último baile' siendo el epicentro de toda una Villa Olímpica.
Esta misma presión fue la que ya consiguió desbordarla en plenos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Aquejada de un bloqueo mental invisible hasta entonces, Biles dejó en shock al mundo de la gimnasia artística con un abandono inédito. La gran favorita en las pruebas se despedía de la competición y, con su decisión, ponía sobre la mesa como nunca antes la problemática de la salud mental en el deporte de élite.
Biles siembra la duda
Este mismo tema era también el que rodeaba a la ponencia en la que Simone Biles reactivó las alarmas sobre su futuro en los pabellones. Ya había dejado en duda antes del verano su participación en Los Ángeles 2028 y, tras varios meses para recapacitar, su mensaje no ha calmado ni mucho menos los ánimos. "Estaré en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Lo que no sé ahora mismo es si sobre el suelo o en las gradas, pero sí, formaré parte del movimiento olímpico", dejó caer la atleta durante una charla motivacional en Buenos Aires.
Cuesta creer que en la actualidad Biles consiga dar tal giro a su situación como para aspirar a ampliar su palmarés olímpico a tres años vista. "Ahora mismo no me gusta entrenar, lo odio", llegó a sincerarse la estadounidense en este mismo evento, expectante también sobre si podrá recuperar el hambre competitiva que un día le convirtió en la más aclamada.
"Creo que la salud física debe coincidir con la mental, y por eso logré el éxito en París con cuadro medallas, porque estaba tanto física como mentalmente al mismo nivel", defendió la gimnasta, recordando el exitoso regreso olímpico que protagonizó el año pasado y, sobre todo, poniendo en valor cómo su trabajo psicológico sigue siendo imprescindible en su día a día: "Aún sigo yendo a terapia una vez por semana y es parte de mi rutina. Soy fuerte, pero recibo la ayuda que me merezco", sostuvo.




