Cribados de violencia machista adolescente: "Las víctimas son hiperfrecuentadoras del centro de salud"

Granada

Ansiedad, depresión, aislamiento social, insomnio, peor rendimiento escolar, problemas digestivos o cutáneos, como dermatitis. Son síntomas que en las adolescentes pueden esconder, explican los especialistas, un caso de violencia machista.

Es el grupo de edad "en el que más aumenta la violencia de género", ha señalado el doctor Miguel Lorente, porque los menores enjuiciados por estos delitos crecieron un 17% en sólo un año en España. Los centros de salud son clave para detectar a las víctimas porque, tarde o temprano, todas pasan por las consultas.

Un cribado universal, un pequeño cuestionario, ayudaría a localizarlas. "¿Por qué no dedicamos unos minutos a estas preguntas? Debería ser el protocolo en todas las comunidades autónomas", ha reclamado la doctora María Blasco, coordinadora del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de SEMERGEN.

Las consultas médicas: el espacio "privilegiado" de acceso a las víctimas

"En general, ¿cómo describiría usted su relación con su pareja?: mucha tensión, alguna o sin tensión; usted y su pareja resuelven sus discusiones con: mucha dificultad, alguna o sin dificultad". Este es el cuestionario (WAST corto) que se utiliza para la detección de posibles casos sospechosos de violencia machista y que, por ejemplo, Galicia está utilizando para un cribado universal a las mujeres a partir de 15 años que pasan por su centro de salud.

"Los espacios donde tenemos acceso a las víctimas hoy son fundamentalmente las consultas médicas", explica Miguel Lorente, doctor y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género. "El 100% de los casos están en las consultas. Lo único que puede acabar con la violencia es una respuesta desde el ámbito de la salud", insiste este especialista que reclama la implantación de un cribado universal, a todas las mujeres en el momento en que asisten a consulta.

Coinciden los médicos de familia María Blasco y Xavier Díaz Carrasco, que han compartido con Lorente la mesa dedicada a la violencia de género entre adolescentes durante el congreso anual de SEMERGEN. "En la primera visita no te cuentan", explica el doctor Díaz, que trabaja con niñas y jóvenes a las que plantea, ya en consultas posteriores, un WAST adaptado. Lo deseable, apuntan estos especialistas, sería unificar el criterio para utilizar una misma herramienta de detección precoz en adolescentes en todas las comunidades.

En España, según la Macroencuesta de 2019, el 6,2% de las adolescentes de 16 y 17 años ya han sufrido violencia física por parte de parejas o exparejas, el 6,5% violencia sexual, el 16,7% violencia emocional y el 24,9% violencia psicológica o de control.

Un problema de salud con consecuencias a largo plazo

La violencia de género es también un problema de salud, explican, por las consecuencias que tiene a nivel psicológico y físico en las víctimas, en este caso, en las adolescentes. Un grupo de edad en el que "el 17% de las muertes se producen por suicidio, según el INE, y casi el 18% de las chicas tienen ideas suicidas", ha apuntado Lorente, que ha insistido en que la mayoría no llegan a los especialistas de salud mental pero sí acuden al médico de familia por otros problemas: "tenemos que ser capaces de hacer un buen diagnóstico diferencial de la violencia porque está".

Las mujeres víctimas de violencia machista, también las adolescentes, son lo que los médicos califican como "hiperfrecuentadoras" del centro de salud. Van más a consulta, como concluye este estudio de la Universidad de Valencia, lo que la convierte, de nuevo, en un espacio clave para detectar posibles casos.

Según un estudio llevado a cabo en ocho comunidades autónomas, el 41% de las mujeres víctimas de violencia machista piden cita en en primaria una vez al mes de media, más del doble que el resto de la población. Otra investigación calcula que el coste de la atención médica a mujeres que han sufrido abusos físicos son un 42% más altos, y para las que han sufrido abusos de naturaleza no física, un 33% más que para las que no.

No sólo acuden mucho, sino que lo hacen con síntomas muy diferentes. En el caso de las adolescentes, "influyen mucho las redes sociales y su grado de conexión en si tienden hacia la ansiedad o la depresión, también aislamiento social, insomnio, déficit en el rendimiento escolar, y el impacto físico en el plano digestivo y cutáneo, alteraciones de dermatitis, problemas de gastritis, de mala absorción".

Esos son los síntomas más frecuentes que pueden esconder un caso de violencia machista, explica Lorente. Sufrir esta violencia en edades tempranas tiene consecuencias a medio y largo plazo en las adolescentes que están en pleno desarrollo de la personalidad.

"La violencia lleva al consumo de cannabis, alcohol y otras drogas. También a conductas sexuales de riesgo, a sufrir trastornos psiquiátricos en la edad adulta y a una reincidencia intergeneracional de la violencia, una mayor probabilidad de implicarse en relaciones violentas", ha relatado el doctor Díaz.

El regreso de "mi marido me pega lo normal"

Según el último informe del ministerio de Juventud, el 23% de los jóvenes creen que la violencia de género es "un invento ideológico", son el doble que en 2019. También se ha doblado esta percepción entre las chicas, un 13% están de acuerdo con esa afirmación.

"Pero lo más grave es cuánto ha aumentado la afirmación de que la violencia, si es de poca intensidad, no es un problema, reproduciendo la idea del año 88 de mi marido me pega lo normal", señala Miguel Lorente. "Lo terrible es que estamos viendo como en los últimos tres barómetros del Centro Reina Sofía aumenta progresivamente el porcentaje de chavales que entienden que la violencia de género es algo aceptable, siempre y cuando no sea de mucha intensidad".

En su opinión, las redes sociales tienen mucho que ver con esto. En 2010, con la generalización de los smartphones, ha explicado en su conferencia, se produjo un punto de inflexión, los hombres "se desplazan a lo virtual donde encuentran terreno para lo que consideran masculino - videojuegos, porno - y se sienten reconocidos".

Este experto recuerda que "la manosfera facilita la acción. Potencia la idea de la desprotección o la criminalización de los hombres que no es verdad pero se lo creen". Y concluye que "estamos en un proceso de refundación machista".