Las grandes noches musicales de Wembley

Madrid

No hay una ciudad en el mundo tan repleta de lugares icónicos como Londres. Una ciudad que ha sido escenario de cientos de películas, punto de partida de miles de libros y capital cultural de decenas de corrientes artísticas en todas las disciplinas.

En la música, Londres tiene Abbey Road, el callejón en el que Bob Dylan rodó Subterranean Homesick Blues, las escaleras de la portada de Ziggy Stardust, la fábrica sobre la que voló el cerdo rosa de Pink Floyd o la calle de la mítica fotografía de What's the Story Morning Glory de Oasis. Uno de los espacios musicales más importantes del país nació consagrado al deporte.

El 28 de abril de 1923 se inauguró el Empire Stadium, primer nombre del legendario estadio de Wembley: el templo inglés, la catedral del fútbol, como lo bautizó Pelé. El escenario más imponente del mundo para un cantante, un futbolista, un jugador de rugby o incluso un espectador. La frase que mejor define ese estadio es anónima: “Lo único mejor que jugar en Wembley es ganar en Wembley”.

El estadio de Wembley se creó para ser la casa del fútbol, el lugar donde se juega la final del torneo más antiguo del mundo y el hogar de la selección inglesa. Pero en su siglo de historia también ha sido el templo de la música británica y el gran escenario del rock. Esta semana recorremos su historia musical: desde su primer concierto de rock hasta el tributo al fallecido batería de Foo Fighters, pasando por el Live Aid, alguna gira histórica, el cumpleaños de Mandela o las grandes veladas de Queen.

Un repaso que mezcla historia, fútbol y música, de la mano de Lucía Taboada y el periodista Javier Sanabria.

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