Pogacar sigue haciendo historia: cinco victorias consecutivas en Lombardía
El palmarés del esloveno no para de crecer y firma el mejor año de su carrera

El esloveno Tadej Pogačar firmó este sábado la enésima exhibición de su carrera y su quinta victoria consecutiva en el último monumento del año, 'Il Lombardía', una cita conocida como la 'Clásica de las hojas muertas'. La ganó con un ataque a falta de 37 km y le coloca como el máximo ganador de este recorrido, igualado con el italiano Fausto Coppi.
Pogačar no se cansa de destripar marcas. Y ya lleva cinco victorias seguidas en Lombardía. Superó al italiano Alfredo Binda y se colocó en lo más alto de ganadores junto a Coppi, que consiguió alzar los brazos cinco veces entre 1946 y 1954. Es, además, el primer ciclista en ser podio en los cinco monumentos en una misma temporada.
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"Mi mejor temporada de largo" declaró el esloveno. Sumó a su estelar 2025, la última clásica de la temporada, su tercera de la temporada. Esta misma temporada, celebró éxitos en la Strade Bianche, el Tour de Flandes, la Flecha Valona, el Lieja-Bastoña-Lieja, la Critérium del Dauphiné, el Tour de Francia, el Campeonato Mundial en Ruta, el Campeonato Europeo en Ruta y la Tres Valles Varesinos.
Pogačar no tiene rival
Paró el crono en 5 horas, 45 minutos y 53 segundos, después de una carrera sin misterio, sin opción para el resto. Terminó solo, arropado por el público italiano en Bérgamo, que recibió a uno de los ciclistas más determinantes de la historia, con casi dos minutos de anticipación respecto al belga Remco Evenepoel (Soudal Quick Step) y más de tres sobre el australiano Michael Storer (Tudor Pro Cycling), que completaron el podio.
No tembló en ningún momento el esloveno con la fuga inicial. Les dejó espacio en el rompe piernas clásico de esta prueba. Ahí, entre los aventurados que intentaron dar la sorpresa, estuvo la mayor parte del recorrido el español Pello Bilbao (Bahrain-Victorious). También el inglés Thomas Pidcock (Q36.5 Pro Cycling), que dejó una de las imágenes de la jornada, colocándose en pleno descenso de la Madonna del Ghisallo la zapatilla que tuvo que cambiar tras ir al suelo unos metros antes.
Aunque el que finalmente se atrevió a intentarlo en solitario fue el estadounidense Quinn Simmons (Lidl-Trek). Llegó a tener más de un minuto de ventaja sobre Bilbao y el resto del primer grupo perseguidor, con más de tres minutos sobre Pogacar, instalado en ese momento en el pelotón, cerca del penúltimo ascenso.
Exhibición de poderío de Pogačar
Fue la última subida que la carrera gozó de la tranquilidad que permite la presencia de Pogačar. Porque a falta de 40 km, a las puertas del Passo di Ganda, el último ascenso, Pogačar empezó a buscar espacio. Vació sus botellas. Se preparó para lo que todo el mundo esperaba.
Aceleró como solo él sabe hacer. Empezó a ganar metros cuando le separaba más de un minuto sobre el líder, Simmons. Tan solo cuatro km después, antes de coronar el ascenso, dio caza al estadounidense. Como si nada. Se puso líder en un abrir y cerrar de ojos y, claro, no lo dejó escapar. Ahí murió la carrera. Ahí certificó su tercer monumento de la temporada.
Se dio un baño de masas el esloveno entre el público bergamasco antes de alzar los brazos en solitario, una imagen que aunque habitual en los últimos años no deja de ser menos impresionante. Quinto 'Il Lombardía' en su palmarés. Todos seguidos. El que más tiene junto a Coppi. Tercer monumento en su poder en la temporada. Y otra exhibición más para el recuerdo.




