Cómo se pacta con ratas y chinches
Acompañamos a una empresa de control de plagas

Cómo se pacta con ratas y chinches
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Madrid
Son listas, ágiles, mamíferas, se organizan en jerarquías, buscan dónde vivir más cómodas. Vamos, igual que nosotros. Y a pesar de esa semejanza, pocos animales hay que nos generen tanto asco y rechazo. Para Millás son, además, un recuerdo de infancia. Estaban en las calles, en su casa, con esa mirada fría y amenazante que le generaba un miedo atroz.
No podemos pedirles que abandonen nuestro hábitat porque es también el suyo. No podemos aniquilarlas porque, como cualquier ser vivo, cumple una función en el ecosistema. Pero también son portadoras de enfermedades y allá por dónde se meten causan destrozos. ¿Cuál es, entonces, el pacto? Para intentar comprenderlas mejor acompañamos a Sergio Monge, director de ANECPLA (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental) y a Miguel, técnico en una empresa de control de plagas, durante una mañana de trabajo en una finca del barrio de Hortaleza de Madrid.
Hay dos tipos de rata, la negra y la de alcantarilla. En contra de lo que pudiéramos pensar, la negra es la que puede resultar un mayor problema para nuestra salud. También es la más lustrosa y la que trepa a los tejados y por las copas de los árboles en los que anida. Se mueven acompañando a las tuberías o a los cables de las fachadas y se cuelan por cualquier agujero que no ha quedado bien sellado. Si entran en una casa es porque hay un defecto estructural o porque está deshabitada. Huyen de los humanos y, según Sergio y Miguel, no son agresivas pero si las atacan se defienden.
Vamos buscando pistas de su paso por esta comunidad. Unos excrementos en el cuarto de contadores y un cebo mordisqueado dan la alarma. Por suerte detectan que la actividad es baja. Saber de cuántos miembros en una colonia sería muy complicado así que prefieren hablar de alta, baja o media actividad en función de la cantidad de cebo que comen. Para detectarlas utilizan placebo y para controlarlas venenos de segunda generación que requieren de varias ingestas para que su muerte no les alerte sobre la causa. La razón del uso de placebo es que recientes estudios han demostrado que están generando resistencia a estos venenos. Es una lucha continua.
No hay datos oficiales sobre el aumento de ratas, aunque por avisos podría decirse que sí. Puede ser un error de percepción. "Somos menos tolerantes con la presencia de roedores y ahora es mucho más fácil denunciar su presencia". Los avisos que también se han incrementado son los que tienen que ver con plagas de chinches. Es lo que nos ha traído la globalización. “Este insecto estaba erradicado y ahora hacemos intervenciones todas las semanas”. Que no cunda el pánico, la mayoría de hoteles y espacios públicos contratan a estas empresas de control para que el pacto sea: vosotros en vuestro sitio y nosotros en el nuestro.

Paqui Ramos
Casi siempre en la radio. Siempre en la SER. Trabajando con Javier del Pino y yendo a sitios con Juanjo...




