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El verdadero origen de Fezzik, el gigante de la mítica película 'La princesa prometida'

El papel fue interpretado por André el Gigante, un luchador francés de 2,26 metros de altura y 230 kilos

El verdadero origen de Fezzik, el gigante de la mítica película 'La princesa prometida'

La princesa prometida, dirigida por Rob Reiner, es una de esas películas que marcaron a toda una generación. Mezcla aventura, humor, romance y fantasía en una historia tan original que, pese a haberse estrenado en 1987, sigue siendo una obra de culto.

El largometraje está basado en la novela publicada en 1973 por William Goldman. Una historia llena de personajes carismáticos, por lo que acertar con los actores que iban a interpretar los papeles era fundamental. Uno con el que acertó de lleno el director estadounidense fue con el de Fezzik.

El entrañable gigante de La princesa prometida, es uno de los personajes más recordados del cine de fantasía y aventura. Pero lo que muchos no saben es que su origen —tanto en la ficción como en la vida real— tiene una historia curiosa detrás.

"Era el único ser humano capaz de hacer ese papel"

Este papel fue Interpretado por André el gigante. Un luchador de wresling francés de 2,26 metros de altura y 230 kilos de peso. "Era el único ser humano del planeta que podía hacer ese papel, asegura el director de la película".

André nació en 1946 en un pequeño pueblo de Francia y padecía acromegalia, una enfermedad que provoca un crecimiento anormal de los huesos. Su enorme tamaño lo convertía en una atracción, pero también le causaba dolores crónicos y dificultades para moverse.

Cuando Reiner y Goldman buscaban a alguien que pudiera interpretar a Fezzik, ningún actor "normal" encajaba: necesitaban un verdadero gigante, pero con calidez humana. André fue la elección perfecta.

Durante el rodaje, los compañeros de reparto —especialmente Robin Wright y Mandy Patinkin— recordaban que André era un gigante cariñoso, bromista y muy educado, exactamente como Fezzik.

Una historia curiosa que dejó la película fue la forma que tuvo el actor francés de aprenderse su guion. Su inglés era bastante escaso y Reiner tuvo que grabarle todas las frases que iba a tener en la película para que Adré las recordase fonéticamente con mayor facilidad.