Aunque lo firme Trump, hoy tenemos motivos para alegrarnos
El alto el fuego entre Israel y Hamás y la liberación de los rehenes permiten, al menos por hoy, mirar con algo de esperanza
Sé que nosotros lo contamos desde la distancia, pero hoy, sinceramente, creo que sólo cabe alegrarse por el cese de los ataques y por la liberación de los rehenes. Las incógnitas siguen ahí, las dudas, la desconfianza… todo eso pesa mucho todavía. Y será el tiempo quien nos diga si lo que se firma esta tarde se convierte en un verdadero acuerdo de paz o si se queda, simplemente, en un alto el fuego temporal.
Pero visto lo visto, con todas las reservas que se le puedan poner, creo que ya es mucho. Y que podemos estar contentos. Porque hay que recordar, aunque a algunos les genere urticaria, que este tipo de acuerdos tienen que firmarlos quienes, hasta hace cinco minutos, se estaban matando entre ellos. Los terroristas de Hamás, que masacraron a centenares de personas, y el gobierno israelí, que respondió con una venganza atroz, amparado por buena parte de su opinión pública.
Son ellos, unos y otros, quienes tienen que afirmarlo. Y aunque el muñidor del acuerdo sea alguien como Donald Trump, hoy, creo, tenemos sobre todo motivos para alegrarnos. Mañana ya veremos.
