"Gaza no necesita un alto el fuego, necesita esperanza" : la denuncia de un médico de ‘Médicos Sin Fronteras’ desde la Franja
Homero de León, médico voluntario en Gaza, explica cómo se encuentra la zona tras el alto el fuego entre Hamás e Israel

"La ayuda que está llegando a Gaza no es suficiente": asegura un médico de MSF en la franja
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Madrid
Este lunes, 13 de octubre, está previsto que se firme el plan de paz para Gaza impulsado por Estados Unidos. En Sharm El Sheij, Egipto, se debatirá sobre los mecanismos de reconstrucción de Gaza, el papel de los países árabes en la fase de transición y la creación de un fondo internacional de desarrollo para la Franja.
Frente a las imágenes de celebración de un lado del muro, está la realidad del otro lado, la de la Franja, donde dos años de bombardeos han dejado ciudades reducidas a escombros, decenas de miles de muertos y desaparecidos, el sistema sanitario devastado.
Homero de León, coordinador médico de Médicos Sin Fronteras, ha atendido a La Ventana desde Gaza. Desde la ventana, decía, puede ver kilómetros de refugios improvisados para los gazatíes, tiendas de campaña y la situación de precariedad de la zona.
"Es una ciudad gris, está cubierta de polvo", asegura el médico. Es la tercera vez que está en Gaza desde que empezó la masacre en 2023. "Hay emociones encontradas, hay celebraciones por el alto el fuego, pero mucha ansiedad y mucha incertidumbre sobre lo que va a pasar y dónde van a ir, solo quedan ruinas y escombros", advierte.
Naciones Unidas ha dicho que se está haciendo un "gran progreso" en el reparto de ayuda humanitaria. A pesar de esto, Homero de León denuncia que sus equipos todavía no han visto la ayuda entrando: "La cantidad de camiones que entren con ayuda serán como una gota el océano. Las necesidades más básicas son urgentes, la situación es muy crítica". El voluntario en la Franja asegura que las principales "urgencias médicas" en este momento son los analgésicos, los antibióticos y el combustible, entre otros. Necesitan el combustible para permitir a los generadores dar electricidad a áreas clave como los cuidados intensivos, el área de quirófanos o las bombas de oxígeno.
A pesar del cansancio acumulado y la dureza de lo vivido, de León asegura que la motivación para seguir no se apaga: "Mientras haya una persona necesitando atención, estaremos allí. No podemos mirar hacia otro lado". Su voz, al otro lado de la línea, refleja tanto el agotamiento como la determinación de quienes continúan intentando aliviar el sufrimiento en una zona marcada por la devastación.
Desde Médicos Sin Fronteras insisten en la urgencia de garantizar el acceso humanitario a la Franja y en la necesidad de apoyo psicológico para la población civil, pero también para los propios equipos sanitarios. "El alto al fuego debe paralizarse para continuar con la ayuda médica, que ha sido muy difícil el último tiempo debido al asedio", asegura.
"Estuvimos en Gaza hasta el último minuto, pero llegó un punto en que tuvimos que retirarnos", relata de León. "A los voluntarios que siguen allí se les ve mucha impotencia y dolor; están completamente destrozados, pero a pesar de eso lo dan todo para ayudar. Tienen una resiliencia enorme", decía.
La situación, explica, está marcada por la ansiedad y la incertidumbre: incluso quienes han visto sus hogares reducidos a escombros no saben qué hacer ni si podrán tener un futuro. Durante estos dos años, se han perdido más de 67.000 vidas, sin contar a los desaparecidos.
A esta tragedia humana se suma el deterioro de la salud física y mental de la población. "Hay muchas personas con enfermedades crónicas y degenerativas que han empeorado y se han agudizado, mientras los servicios médicos primarios intentan continuar como pueden", señala el médico de MSF. Ante la carga emocional que enfrentan también los equipos sanitarios, de León explica que existen proyectos de apoyo psicológico dentro de la propia organización y acuerdos con otras entidades humanitarias para atender a quienes atienden.
El médico concluye con un mensaje que resume el espíritu de quienes trabajan sobre el terreno: "Gaza no necesita solo un alto al fuego, necesita esperanza. Y esa esperanza empieza cuando el mundo deja de ser indiferente".




