Un pueblo de León celebra su primera boda en más de 40 años
En la localidad de Castro de Cepeda no se había casado nadie desde 1985
Un pueblo de León celebra su primera boda en más de 40 años
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
La localidad leonesa de Castro de Cepeda llevaba 40 años sin ser testigo de una boda. Gracias a Andrés y Antonia, esto, por fin, ha cambiado. La pareja contrajo matrimonio en el pueblo el sábado 11 de octubre, consiguiendo ser la primera pareja en casarse en Castro de Cepeda desde 1985.
A pesar de que el pueblo natal de Andrés García no supere los veinte habitantes, la pareja consiguió reunir a cincuenta y cuatro invitados. "Fueron los familiares y las amistades más cercanas los que nos acompañaron ese día", contaba García en La Ventana. A pesar de que la pareja no vivía en el pueblo, ambos tenían claro que ese era el lugar perfecto para celebrar su boda. "Era una certeza", ha asegurado.
Actualmente, viven en un pueblo apartado de Barcelona, lo que no ha impedido que visiten la localidad de León cada año. "Todos le tenemos un cariño especial", decía García. Y es que Antonia se enamoró del pueblo cuando su marido se lo enseñó por primera vez. "En cuanto vio la tierra se enamoró ella, de la gente y de la comida", recordaba. Por ello, García decidió pedirle matrimonio allí.
La historia de Andrés y Antonia
La pareja coincidió hace nueve años en las afueras de Barcelona. Durante dos años fueron grandes amigos, pero "el roce hizo el cariño" y pasaron a ser pareja. Desde entonces han pasado siete años, y ahora, por fin, pueden decir que son marido y mujer.
Su luna de miel está todavía pendiente. García explicaba que "les gustaría irse a Covadonga, pero que tienen que esperar". Hace tan solo un mes que Antonia fue diagnosticada con un cáncer de pecho. "Cuando nos enteramos pensamos que lo mejor era esperar", contaba García. Desde el momento del diagnóstico, la prioridad de ambos ha sido la recuperación.
Para García, su mujer "es una campeona". Empezó el tratamiento de quimioterapia hace dos semanas. Aunque lo normal ante este tipo de procedimientos es que el pelo de los pacientes se caiga a los cuatro días, el de Antonia "aguantó hasta la boda, se le cayó justo después", finalizaba Andrés.
