¿Cuándo hay que cambiar de maceta? Eduardo Barba desmonta el mito del trasplante obligatorio
Algunas plantas pueden vivir décadas en el mismo macetero si reciben los cuidados adecuados

¿Hemos de cambiar las plantas de maceta?
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En la sección "Meterse en un jardín" de Hoy por Hoy, el jardinero y divulgador Eduardo Barba nos invita a mirar con otros ojos las macetas que tenemos en casa. ¿Es necesario cambiar de tiesto a nuestras plantas cada cierto tiempo? ¿O pueden vivir décadas en el mismo recipiente si se les cuida bien?
Barba parte de una historia personal: un cactus columnar de la especie Espostoa lanata que lleva 30 años creciendo en la misma maceta de terracota. Lo compró cuando tenía doce años, y desde entonces ha alcanzado una altura de 1,80 metros sin necesidad de trasplantes. "Ese cactus ha vivido en el mismo tiesto durante tres décadas. ¿Cómo lo ha conseguido? Gracias a abonados orgánicos constantes y a que los cactus, en general, no necesitan grandes volúmenes de sustrato para desarrollarse", explica.
Este ejemplo sirve para ilustrar que muchas plantas pueden vivir durante años en el mismo recipiente, siempre que se les proporcione agua suficiente y nutrientes adecuados.

Entre las especies que toleran bien esta permanencia prolongada en maceta, Barba menciona árboles como olivos (Olea europaea), madroños (Arbutus unedo), limoneros (Citrus x limon) o arces japoneses (Acer palmatum), así como plantas herbáceas y arbustivas como aspidistras (Aspidistra elatior), mentas (Mentha spp.) o lavandas (Lavandula angustifolia).
Eso sí, advierte que "una planta envejece más rápido en maceta que si está plantada en tierra, porque esa maceta es una limitación física a su desarrollo pleno". Por eso, aunque algunas especies se adaptan bien, otras requieren trasplantes periódicos para evitar problemas en sus raíces.
El caso de la encina y la espiralización de las raíces
Una excepción clara son los árboles que se cultivan en maceta con la intención de trasplantarlos algún día al suelo. Barba pone como ejemplo una encina (Quercus ilex) que germinó en una bandeja forestal tras una "bellotada" en noviembre de 2022. Tras pasar por dos macetas distintas, la encina está lista para un nuevo trasplante.
"Este invierno aprovecharé para trasplantarla a una maceta mayor, y de paso revisaré su raíz: si veo que ya ha girado sobre sí misma, la cortaré, la repicaré, como se dice en jardinería, para evitar ese crecimiento deforme", explica. Este fenómeno, conocido como "espiralización", ocurre cuando las raíces se enroscan siguiendo las paredes circulares del tiesto, lo que puede comprometer el desarrollo del árbol.
La decisión final dependerá del destino de la planta: si va a vivir en una terraza, lo ideal será pasarla a un macetón definitivo que le permita crecer con libertad. "Quizás lo que debamos hacer es, en el siguiente trasplante, pasarla a un macetón definitivo, donde la encina se haga adulta y crezca todo lo que el entorno y nuestro cultivo le permitan", concluye Barba.




