Uno de cada tres alumnos califica de mala la comida del comedor escolar

El comedor escolar aprueba por los pelos. El estudio de la ONG Educo entre más de 1.600 estudiantes de toda España con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años pone de manifiesto que aunque los alumnos consideran que es un espacio importante y relevante (un 94% considera que aporta beneficios), la valoración media es de casi un 3 sobre 5. Las carencias más importantes se detectan en la calidad de la comida y en los castigos impuestos durante este tiempo.

El 83% considera que la comida es saludable, que es variada, pero un 27% la califica de mala o muy mala. El 36% critica el sabor, un 32% considera que la temperatura es inadecuada y para un 26% las raciones son demasiado pequeñas. Solo un 34% dice que está buena mientras que la mayoría, un 39%, considera que la comida es aceptable.

Nueve de cada diez estudiantes considera que lo mejor del espacio es poder jugar y estar con los amigos y amigas. Sin embargo, creen que hay demasiados castigos y normas. El 56% afirma que se queda sin patio si no come suficiente mientras que un 27% asegura que tiene que comer muy deprisa. Solo el 4% de los chicos y chicas afirma que en su comedor no existe ningún tipo de castigo al no cumplir las normas marcadas.

Lo que más valoran del tiempo de patio los alumnos es el juego libre y la autonomía. El 65% prefiere poder elegir a qué jugar y un 53% poder elegir con quién jugar. Sin embargo, la investigación muestra que uno de cada seis estudiantes se siente solo o excluido en este espacio. El papel de los monitores también se ha analizado con los estudiantes. La paciencia destaca como la cualidad más apreciada (un 51% cree que es fundamental), seguido de hablar con calma y sin gritos (43%), la simpatía (33%) y el respeto (32%). Entre sus tareas, valoran que les motiven a comer (32%) y les ayuden a resolver los conflictos (29%).

Educo pide a las administraciones públicas que avancen hacia un modelo de espacio de comedor 5 estrellas, que sea universal y gratuito, integrado en el proyecto educativo, saludable y sostenible, con infraestructuras adecuadas y donde la voz de la infancia sea escuchada. Asimismo, reclama que se reconozca el rol educativo del personal, que cuente con suficiente formación, incluyendo la formación en buen trato y protección de la infancia, y con condiciones laborales dignas.