Javier Peña Ibáñez: "La pandemia nos ha enseñado el bienestar y la importancia de los espacios públicos"

Madrid

Cuando era pequeño y caminaba por las calles, plazas o avenidas de Logroño (la ciudad donde nació y vivió hasta los 18 años), mucho antes de saber que sería una de las personas encargadas de mejorar con sus ideas, diseños y proyectos cada uno de los espacios públicos de las ciudades donde confluyen -para bien o para mal- las vidas de los ciudadanos, Javier Peña Ibáñez, (Logroño, 1985), siente que "mucho de lo que se plantea en los festivales de arquitectura hoy, de todas las reivindicaciones y mejoras buscadas, tienen que ver en mi caso con el devaneo de la infancia, con todos aquellos paseos de niño por las calles de mi ciudad, aunque entonces no supiera que eso iba a ser muy importante para mí".

Hubo un momento en que para Javier Peña vivir la ciudad no fue solo una cuestión física, sino sobre todo ética. "Yo creo que hoy el compromiso está en el centro de cada estudio de arquitectura. La arquitectura acompaña a los ciudadanos en todos los cambios que se producen en sus ciudades. Creo que nuestra disciplina determina nuestra vida y nuestra pertenencia con un lugar. En eso la arquitectura es fundamental", asegura convencido el director de `Concéntrico´, el Festival de diseño e innovación de Logroño.

Igual que está convencido de que todo tiene tintes ideológicos. "La arquitectura también. Porque cuando se decide qué es lo que se quiere hacer en un lugar público y lo que no, ya se está haciendo ideología", pese a que "todos los avances deberían estar por encima de una visión partidista".

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Sostiene también Peña Ibáñez que los cambios en las ciudades se producen muy poco a poco, "pero cuando llegan son muy difíciles de parar y eso que el subconsciente siempre es muy conservador, poco proclive a ellos". Intuye que "cada vez las ciudades se transforman con más lógica" y pone como gran ejemplo vanguardista a París. "El viandante en París -señala el diseñador- ha pasado de ser atropellado por los coches a hacerlo por las bicicletas. París representa el liderazgo del cambio radical de las ciudades."

Para Javier, La pandemia, un hecho que nunca hubiéramos creído posible, supuso un doble punto de inflexión: interno y externo. De casa para dentro, en nuestro ámbito privado y fuera, en plazas, avenidas o calles "De ahí hemos salido mejor, en la pandemia hemos roto barreras y establecido nuevos códigos. La arquitectura aparece como una mediadora, como un libro abierto y explicativo", es verdad que " tenemos un sentimiento muy arraigado de lo privado, y no tanto de lo público, que en realidad es de todos. Y la pandemia en eso nos ha mostrado el bienestar y la importancia de los espacios públicos"

Javier Peña Ibáñez recuerda que aunque todo lo público lo pagamos con nuestro dinero, y eso lo vemos enseguida con las grandes infraestructuras, debemos "pensar del mismo modo en aquellas cosas que nos rodean, que nos son próximas, porque en realidad todo lo que pasa de tu casa al centro médico es fundamental para concebir eso que llamamos vecindario".

Finalmente, el arquitecto pide un pacto. "Deberíamos llegar a un acuerdo entre quienes nos dirigen y todos nosotros para reconocer que en realidad todos esos lugares públicos nos educan y de ellos podemos desentrañar muchas cosas nuevas".

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